Convencida y Comprometida

 Me senté frente a una amiga compartiendo un café y conversando cuando le confesé un anhelo que había estado escondiendo. Después de que las palabras salieron de mi boca, casi deseé poder presionar el botón de rebobinado y seguir guardando el deseo de mi corazón. Pero las palabras habían sido dichas y permanecieron sobre la mesa entre nosotras. “¿Crees que es una locura?” Le pregunté.

Durante algún tiempo, sentí el impulso de hacer algo diferente. No estaba segura de cómo ni cuándo ni siquiera por qué, pero sabía que Dios había puesto este deseo en mi corazón. Sin embargo, no tenía idea terrenal de cómo podría hacer la transición de donde actualmente servía, a un nuevo rol en el que pudiera usar mis dones dados por Dios.

Mi amiga se inclinó y me sonrió. “No, no estás loca. Puedo verte haciendo precisamente eso. Y no tengo idea de cómo sucederá, pero Dios sí. ¿Por qué no oramos por eso?. “Y luego tomó mi mano y le pidió a Dios que me abriera una puerta para hacer “algo nuevo” para Su gloria.

Una semana después, recibí una llamada telefónica de una amiga con la que no había hablado en años. Ella estaba trabajando para un nuevo ministerio y tenían un puesto vacante. Inmediatamente pensó en mí. Mientras describía la oportunidad, mi corazón comenzó a acelerarse. Todo lo que dijo coincidía con el sueño que había compartido con mi amiga unos días antes.

Sin embargo, decir que sí a esta invitación me obligaba a dejar atrás todo lo que ya había establecido y salir a una ubicación completamente nueva. Yo tenía una decisión que tomar. Podría seguir con fe o dejar que el miedo me cautivara.

Tal vez, como yo, has luchado con la ansiedad sobre lo que te depara el mañana. Nos preocupamos por nuestra salud, nuestros seres queridos o nuestras finanzas. Dudamos en seguir adelante porque no podemos controlar el resultado, por lo que nos quedamos atrapadas en el valle de la indecisión.

Rebeca se levantó en fe y montó el camello. Siguió al siervo de Dios y se encaminó hacia un nuevo futuro. Dejó todo para seguir el camino del Señor. Su confianza en Dios me desafía.

Amigas, Dios es “todo acerca de los detalles”. Él conoce nuestro corazón y orquesta perfectamente los eventos de nuestra vida. El matrimonio de Rebeca e Isaac fue un cumplimiento de Su promesa a Abraham y sus descendientes. El hilo de la redención de Dios se entreteje a través de cada generación y muestra bellamente cómo el amor inquebrantable de Dios nunca nos abandona. Rebeca estaba convencida de que ella era parte del plan de Dios y estaba comprometida a agradarle.

Oremos y pidamos a Dios que nos dé una santa confianza en Su cuidado providencial para nuestras vidas. Como Rebeca, podemos levantar los ojos y mirar hacia arriba para ver lo que Dios ha planeado para nuestro día y seguir adelante con paso seguro. Adoramos a Dios cuando respondemos voluntariamente y decidimos obedecer. Cuando nos comprometemos a darle gloria a Dios, nunca nos arrepentiremos de nuestra decisión.

Lyli

 

 

Desafío de la semana  5:

¿Por qué la fe es tan importante para Dios? ¿Qué significa estar seguras de lo que esperamos y convencidas de lo que no vemos? Dedica tiempo esta semana a reflexionar sobre la fe de Abraham, Sara, Isaac y Rebeca. ¿Qué puedes aprender de la fe de ellos?

 

Semana 5 – Plan de Lectura

 

 

Semana 5 – Versiculo a Memorizar

 

Estudio Bíblico Relacionado

Recibe nuestras actualizaciones

Recientes