Honrando a Dios

 

 

“La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos.” 

Hageo 2:9

 

Como hemos visto a lo largo de estas semanas, el pueblo de Israel había rechazado en repetidas ocasiones a Dios y Sus mandamientos, poniendo por encima sus propios intereses y practicando la idolatría. Es por ello que el Señor utilizó a los pueblos enemigos para traer juicio a Su pueblo a través de la opresión.

 

En medio de todo esto, Dios envió profetas para recordarles Sus mandatos y guiarlos de regreso a Sus caminos. El profeta Hageo fue uno de ellos. Él se dirigió al pueblo que había regresado del cautiverio en Babilonia, exhortándolos a renovar sus esfuerzos por construir la casa del Señor, ordenar sus prioridades y honrar a Dios en todo lo que hacían.

 

A través de sus palabras, les enseñó que para vivir honrando a Dios debían ponerlo en primer lugar en todas las áreas de sus vidas. Ciertamente, al regresar del exilio, el pueblo de Israel buscaba estar bien con sus familias, en sus hogares y en su economía, pero prestaron tanta atención a ello que se olvidaron de atender con diligencia la construcción de la casa del Señor.

 

Hageo impulsó a estos hombres a poner en orden sus prioridades, pues tenerlas en el orden equivocado, innegablemente, los conduciría al fracaso, como ya estaba sucediendo.

 

Al recibir la reprensión, los judíos trabajaron arduamente en la edificación del templo, pero el desánimo llegó cuando los ancianos, que habían presenciado la majestuosidad del templo de Salomón, hicieron comparaciones con la construcción que se estaba realizando. Por ello, el profeta habló nuevamente y animó al pueblo a través de la profecía: “La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera”.

 

Por medio de esta profecía, Hageo también nos habla hoy, y nos revela la hermosura venidera. Podemos esperar la gloria, tener esperanza eterna y una paz definitiva, que vendrá con el regreso de nuestro Señor Jesucristo. El Deseado de todas las naciones volverá para cumplir Su promesa, y reinará como el Príncipe de paz eterna.

 

Más allá de un templo físico, este pasaje nos invita a meditar en la presencia de Dios en nuestra vida. Así como Dios habló y recordó a Su pueblo que Él estaba con ellos, hoy está con nosotros si genuinamente le buscamos.

 

Hoy, ya no es indispensable levantar un edificio para que la presencia de Dios more allí, gracias al sacrificio de nuestro Señor Jesucristo tenemos libre acceso a Su presencia. Sin embargo, es momento de poner atención en ocuparnos de las cosas referentes a Dios, y apoyar a nuestra Iglesia local que parte del cuerpo de Cristo. 

 

Nuestro mundo, tan individualista, nos ha llevado, como en aquellos días, a sólo ocuparnos de nuestros asuntos, dejando a Dios y al prójimo de lado.

 

Lo hermoso de esta historia es que aún podemos, como lo hicieron los israelitas, darle un giro a nuestra vida, tener un nuevo inicio al arrepentirnos y obedecer lo que Dios manda. Meditar sobre nuestros caminos cambiará nuestro presente y nuestro futuro.

 

Señor, hoy oramos por una renovación en nuestras vidas. Te pedimos perdón por nuestras prioridades equivocadas. Hoy queremos buscar primero Tu Reino y transformar nuestra mente de acuerdo a Tu voluntad. En el nombre de Jesús, amén.

 

Sirviendo a Cristo,

Joana Báez – México 

 

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Gracias por acompañarnos en este bello estudio, esperamos que haya sido de gran bendición, queremos invitarte de manera especial para el proximo 14 de abril a llevar juntas el estudio de “Ester- para este tiempo has llegado”

 

Acompáñanos, en este estudio donde conoceremos un poco más del carácter de Dios por medio de este libro tan inspirador. Veremos el trabajo de la mano de Dios en nuestras vidas y que seamos inspiradas a Amar a Dios Grandemente muchísimo mas.

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