Conocer a Jesús es Conocer a Dios

 

Las redes sociales han creado algunas líneas borrosas y confusas dentro de nuestra sociedad. Podemos “seguir” a las personas que nos inspiran, mientras que la tecnología nos permite ver cómo se desarrollan las vidas a través de una pantalla que guardamos en nuestro bolsillo trasero. Con el tiempo, mientras miramos las historias destacadas, podríamos sentir que conocemos a estas personas inspiradoras a las que seguimos. Es sabio dar un paso atrás ocasionalmente y reevaluar la realidad y la relación con ella, preguntándonos qué es real y verdadero y lo que no lo es. Es peligrosamente fácil crear una opinión falsa sobre las personas que no conocemos.

 

Lo mismo puede y debe aplicarse a nuestra relación con Cristo. ¿Ha crecido nuestro conocimiento de Él desde la primera vez que escuchamos las Buenas Nuevas? ¿Todo lo que sabemos de Él está basado en lo que otros nos han dicho, o nos hemos adueñado de nuestra fe y desarrollado una verdadera y personal relación con Él? ¿Lo conocemos? ¿Se ha convertido nuestra fe en un deporte para espectadores? ¿Nos hemos contentado con lo básico de quién es Jesús y lo que ha hecho mientras nos estamos perdiendo la gran aventura de vivir en misión con y para Él?

 

Jesús sabía que la gente en el templo estaba confundida. Cuando clamó en Juan 7:28, “A mí me conocéis y sabéis de dónde soy”, fue una elección estratégica de palabras. Sabían dónde nació y tal vez incluso conocían a los miembros de Su familia, pero Jesús fue muy claro acerca de ser enviado por Dios. Había mucho más en Él que ser Jesús de Nazaret. Les dijo que no conocían a Dios; qué chocante para los judíos que se enorgullecían de conocer verdaderamente a Dios.

 

Jesús mencionó haber sido enviado por Dios unas cuantas veces en estos dos breves versículos (Juan 7:28–29). Era Dios-hombre en una misión. Operó bajo la plena autoridad de Dios. Él transmitió todo lo que el Padre le dijo, y cuando rechazaron a Jesús y Su enseñanza, la gente también rechazó a Dios. Ser enviado por Dios significa que la existencia de Jesús comenzó antes de Su nacimiento a través de la virgen María. El existió con Dios antes de que fuera enviado a la tierra. “Más yo lo conozco, porque de él procedo y él me ha enviado” (Juan 7:29).

 

Por eso es tan importante que creamos la verdad acerca de Jesús. Para conocer a Jesús, debemos conocer y comprender Su testimonio. Solo podemos conocerlo íntimamente pasando tiempo de calidad con Él. ¿Es tu objetivo en la vida conocer a Dios y darlo a conocer? Si es así, pasa tiempo en la Palabra y en la oración. Ora para que el Señor abra tus ojos para verlo y conocerlo. Solo podemos conocer a Dios a través de Su Hijo, Jesús.

 

Es decepcionante cuando nos damos cuenta de que no conocíamos a esa persona en las redes sociales después de todo: cuando hacen o dicen algo que no se alinea con lo que pensábamos que sabíamos ellos. Sin embargo, es aún más trágico cuando alguien rechaza a Jesús pero cree conocer a Dios.

 

Es imposible conocer a Dios y negar a Su Hijo.

 

La vida eterna se encuentra solo en Cristo.

 

Kelli

Estudio Bíblico Relacionado

Recibe nuestras actualizaciones

Recientes