Completa Obediencia

Todo lo que sé sobre historias bíblicas para niños lo aprendí de la serie televisiva Veggie Tales. Honestamente, no todo, pero no crecí yendo a la escuela dominical, así que no tengo ningún apego emocional ni buenos recuerdos de gráficos de franela, espectáculos de marionetas o cualquier otro formato de dibujos animados, culturalmente relevante que los maestros usaban para contar estas historias a los grupos de menores de cinco años.  Una nota al margen que no es particularmente relevante pero sí interesante: conocí a Phil Vischer una vez, cuando todavía había conferencias para bloggers. Es un hombre encantador y es increíblemente extraño escuchar la voz de un tomate parlante salir de la boca de un adulto.

 

La historia real de Noé, en la que vamos a profundizar hoy, se encuentra en Génesis 6-8 y no incluye ningún vegetal parlante. Es la historia de un hombre que halló gracia ante los ojos de Dios y eligió decirle “sí” en lugar de seguir lo que el mundo dijo que debía hacer. Es nuestro recordatorio de que el trabajo que Dios nos ha dado, la forma en que servimos, amamos y obedecemos, nos hará sobresalir de la cultura que nos rodea, y podemos abrazar eso.

 

En lugar de adaptarse al mundo, Noé eligió a Dios. Y Dios eligió a Noé. 

 

Cuando Dios le presentó Su plan a Noé, hizo dos promesas. El mundo y todo lo que hay en él sería destruido por las inundaciones, pero Dios protegería a Noé, a su familia y a una yunta de cada tipo de animal en el arca que Noé iba a construir. Cuatro veces en esta sección del Génesis leemos sobre la completa obediencia de Noé a Dios (6:22, 7: 5, 7: 9, 7:16). Rodeado de maldad, Noé eligió decir “sí” a la asignación que Dios le estaba dando. Aunque Noé tenía 600 años. Incluso aunque nunca antes se había hecho nada como eso. En lugar de escuchar los gritos del mundo a su alrededor, Noé se centró en lo que Dios estaba diciendo, algo que había estado haciendo a lo largo de su vida, no solo en ese momento. Su obediencia diaria lo preparó para una asignación extraordinaria.

 

En el Comentario del Antiguo Testamento de Layman, el Dr. Longman señala cómo el registro del diluvio está “estructurado por un recuento cuidadoso de los días”, al igual que el relato de la creación en Génesis 1.

  • 7 días de espera a que lleguen las aguas
  • 40 días de subida de agua
  • 150 días de aguas predominantes
  • 40 días de escasez de agua
  • 7 días de espera a que bajen las aguas
  • 7 días más de espera para que las aguas bajen por completo.

Dios pudo haber estado afligido por los pecados de la humanidad, pero eso no cambió Su carácter. Él es un Dios de segundas oportunidades que desea una relación con nosotras. Encontró al único hombre en tierra que acalló los gritos que probablemente le decían que estaba loco por construir un barco gigante en tierra, estando lo suficientemente cerca de Dios para escuchar Sus mandamientos, y dijo “sí” sin saber cómo terminaría todo.

La obra que Dios tiene para nosotras, la forma en que nos invita a construir Su reino a través de nuestro servicio a otros, a veces puede dar un poco de miedo. Pero si estás en una temporada donde Dios te tiene fuera de tu zona de confort, confía en Él. Él sabe lo que pasará del otro lado, cómo todo resultará cuando sigas en obediencia. Es posible que los que te rodean no entiendan por qué trabajas, descansas, sirves y amas a las personas como lo haces. Pero, nuestros actos cotidianos y ordinarios de obediencia nos ayudarán a decir “sí” en los pequeños momentos para que estemos preparadas para honrar Dios con nuestra completa obediencia, como Noé, cuando Dios se nos presenta con mayores oportunidades.

Apóyate en los versículos del Salmo 23 de hoy. Cuando vienen nuestras propias tormentas, podemos encontrar consuelo sabiendo que Dios tiene un plan para invitarnos a descansar y llevarnos a un nuevo lugar. Confía que Dios puede cambiar las aguas de la inundación por agua refrescante y el agua viva que es Jesucristo. Cuando las tormentas nos persiguen, refúgiate en saber que también somos perseguidas por la bondad y fidelidad de Dios. Incluso en nuestras circunstancias más aterradoras cuando todo se siente oscuro y desconocido, podemos apoyarnos en la promesa de que Dios está con nosotras, proporcionando todo lo que necesitamos.

Tal vez te has encontrado en la situación de sentirte sola, esforzándote para escuchar las palabras de la suave voz de Dios, en medio de los gritos del mundo. Te sientes apartada, no de una manera que te hace sentir especial, sino como una forastera. Estás comprometida a hacer el trabajo que Dios te ha asignado, pero las personas que te rodean no lo comprenden, no pueden ver el valor, no captan el significado. Sigue adelante. 

Tu obediencia hoy podría ser lo que introduzca a una nueva generación al amor de un Dios que se preocupa tanto por Su pueblo que no solo ofrece segundas oportunidades, sino que envió Su único Hijo para morir por nosotras para que pudiéramos ser perdonadas y salvas. Vale la pena.

 

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