Viviendo Generosamente

 

 

Más. Utilizamos esta palabra muy a menudo. Siempre queremos más de algo. Para mí, es tiempo. Quiero más tiempo con ese ser querido. Más tiempo para hacer la lista de cosas pendientes. Más tiempo para descansar. El tiempo siempre se me escapa, y sin embargo es lo que deseo.

 

Siempre queremos más. Puede que para ti sea comida o amigas o espacio aparte de niños gritones o dinero o posesiones. Puede parecer que estamos predestinadas a desear más. En cierto sentido, lo estamos. Fuimos creadas para ser llenadas por nuestro Creador, pero nuestro pecado ha dejado un agujero del tamaño de Dios en cada corazón. Para las creyentes, sabemos que hemos sido llenas del Espíritu Santo a través del sacrificio de Jesús y nuestra fe. Ahora, en lugar de desear más del mundo, estamos capacitadas para estar llenas de Cristo y dar Su amor libremente a las demás. Aquí es donde encontraremos el más, que estamos buscando.

 

Jesús llama a todas las creyentes a ser generosas. Cuando oigo esto, a menudo lo comparo con dar dinero a los necesitados. Aunque esa es una manera de ser generosa, en realidad somos llamadas a ser generosas con todo lo que tenemos.

 

Para las mamás, a menudo podemos sentir como si ya estuviéramos dando todo lo que tenemos a los pequeños en nuestros hogares. Escúchame, ya estás haciendo mucho para cuidar a tus hijos. Jesús no te está llamando a dar tanto de ti misma que te sobrecorras. Más bien, Él te está llamando a hacer una evaluación de tu tiempo, talentos y tesoros. ¿Cómo los estás usando para glorificar a Dios y promover Su reino?

 

 

Generosa con tu tiempo

 

Ser generosa con tu tiempo puede significar muchas cosas, especialmente como madre. Cuando piensas en tu día, ¿a dónde va la mayor parte de él? Si el tiempo que pasan contigo es el único momento en que tus hijos oyen hablar de Jesús, ¿sabrían quién es Él? ¿Aprovecha esos momentos de enseñanza como oportunidades para llevar a tus hijos a su Salvador?

 

Nuestro tiempo es precioso, pero no es nuestro. Dios te ha colocado soberanamente donde estás en este momento exacto por una razón. No es un error que tengas los vecinos, la familia, la familia de la iglesia y los conocidos que tienes. Dios te llama a que utilices el tiempo que tengas para vivir tu fe y mostrar a los demás quién es Jesús (Efesios 5:15-17). Puede que sea pasar tiempo al aire libre con tus hijos e interactuar con tus vecinos o con otras madres en el parque. Puede ser sacrificando algunas horas de tu semana para dedicarlas a otras mujeres o niños en tu iglesia. Podría ser decir no al pasar tiempo en tu teléfono para que puedas pasar tiempo con tus hijos o en la Palabra de Dios.

 

Aunque a veces parezca un sacrificio, nunca será un desperdicio usar tu tiempo para promover tu relación con Cristo o promover Su reino. Qué regalo sería para tus hijos crecer viendo que mamá valora la iglesia de Dios, la Palabra de Dios, y la gente de Dios por encima de las cosas del mundo.

 

 

Generosa con tus talentos

 

Ser generosa con tus talentos es otra manera de administrar lo que Dios te ha dado. En mi caso, me encanta cocinar y hornear. Una de las cosas más fáciles que puedo hacer es preparar una comida para alguien necesitado. Puede que algunas de ustedes lean esto y piensen: “Para eso está el servicio de entrega.” Puede que cocinar no sea uno de tus talentos, pero Dios te ha dotado de manera para servir a los que te rodean..

 

¿Cómo puedes comenzar a usar tus dones espirituales, pasatiempos y gustos en general para dar la bienvenida a otras o proveer una manera para compartir el evangelio? Si te gusta ir al gimnasio, no lo veas sólo como un tiempo para ti, sino como un tiempo para relacionarte con otras personas que también están haciendo ejercicio. Si tienes el don de enseñar, considera comenzar un Estudio Bíblico LGG o un estudio de niños con tus vecinos o con mujeres que conozcas.

 

Dios te ha dotado estratégicamente para Su gloria. No pierdas la oportunidad de administrar bien tus talentos.

 

 

Generosa con tus tesoros

 

Finalmente, podemos administrar nuestros tesoros. Como se mencionó anteriormente, esto puede ser lo primero en lo que pienses cuando se habla de generosidad. Todo lo que tenemos es un regalo de Dios. No nos pertenece a nosotras, sino a Él. Pienso en la iglesia primitiva y en cómo daban todo lo que tenían a los necesitados dentro del cuerpo (Hechos 2:45). 

 

Dios nos ha llamado a dar de nuestro dinero y posesiones no porque Él quiera simplemente quitarnos cosas. Más bien, quiere recordarnos que Él tiene está en control soberanamente y que podemos confiarle lo que tenemos. También es una forma tangible de ser las manos y los pies de Cristo.

 

Para algunas, la generosidad es tan fácil como levantarse por la mañana. Para otras, es un ejercicio de fe ser generosas con nuestras vidas. Ser generosa es una manera de hacer crecer nuestra fe y confianza en el Señor, y es una característica que tenemos, el del privilegio de mostrar a nuestros hijos cómo incorporar en cada aspecto de nuestras vidas. Como escribe Pablo, la generosidad nos lleva a “enriquecernos en todos los sentidos” (2 Corintios 9:11).

 

Emily Hope

 



 

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