Una Visión Amorosa

 

“Porque Dios es quien obra en ustedes tanto el querer como el hacer, para Su buena intención.” Filipenses 2:13

 

En nuestro caminar diario nos encontramos con situaciones difíciles de afrontar, con preguntas que, en el instante, parecen no tener respuestas, y con roles que pueden causarnos temor, como el de ser mamá.

 

Cuando llega el momento de tener al bebé en nuestros brazos por primera vez, nuestros sentimientos se cruzan, las emociones nos invaden, pero tenemos claro el deseo de hacer todo lo posible por cuidarlo y darle lo mejor.

 

Las madres cristianas sabemos que Dios nos ha dejado Su palabra, donde encontramos instrucciones para la crianza de nuestros hijos.

 

Miremos con un poco de detenimiento el versículo para hoy, que debe ser visto en su contexto: “Porque Dios es quien obra en ustedes tanto el querer como el hacer, para Su buena intención.”.

 

El apóstol Pablo nos está llamando a ocuparnos en vivir nuestra salvación, a mostrar las evidencias de ella en nosotras (v.12c), a través de todo lo que hacemos (v.13).

 

– “Porque Dios es quien obra en ustedes…” está explicando que Él ya nos ha dado la salvación, dotándonos de todo lo que necesitamos para hacer el bien.

 

“el querer”, por la gracia del Señor somos transformadas, llevándonos a anhelar obedecerle y servirle.

 

“como el hacer”, Él hace que Su voluntad se cumpla a través de nosotras, nos ha equipado para practicar el bien y cumplir Su palabra.

 

Es nuestro deber instruirnos en las Escrituras, así reflejaremos el amor del Señor, confiando en que nuestro Padre Celestial está ahí, ayudándonos a hacer Su voluntad.

 

Todo es obra de Dios, no debemos entender que Él hace una parte y nosotras otra, Dios es el autor del bien, y nosotras, por Su gracia, somos instrumentos en Sus manos. Somos Su obra maestra, Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús para realizar las buenas obras que ya tenía planeadas con anticipación para ocuparnos de ellas, (Ef. 2:10 NTV), incluyendo la maternidad.

 

Por lo tanto, debemos ejercer esta hermosa tarea sin murmuraciones, sin quejarnos de las implicaciones que trae la crianza de los hijos, recordando que como hijas de Dios debemos ser ejemplo a todos, y cuanto más a nuestros hijos, que son los primeros en aprender de nosotras.

 

No olvidemos que estamos en medio de este mundo que sólo ofrece perversión, que hay muchas personas enemigas de Dios alrededor de nuestros hijos, que sólo les animan a ser rebeldes, y a ir en contra de las Escrituras.

 

Como madres, debemos ayudarles a que reconozcan a Cristo en sus vidas, y que confíen en Él plenamente, que comprendan que nada sucede por casualidad, que Dios tiene ya un plan dispuesto para ellos, y que está obrando en sus vidas para que puedan hacer Su voluntad.

 

Amado Padre, yo oro por aquellas madres que dudan del trabajo que hacen, para que descansen en la verdad de Tu palabra, y crean que Tú las has equipado con todo lo que necesitan para criar a sus hijos en amor y bajo Tu mano de poder. Ayúdanos a dirigir a nuestros hijos hacia Ti, a orar por ellos y con ellos. En el nombre de Jesús, Amén.

 

A los pies de Jesucristo

Yaneth Olivares de Gaviria

Colombia

 

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