Una Ramera y Una Heroína

 

Las escrituras de hoy nos comparten la historia de Rahab. Identificada como prostituta, parece una improbable heroína o modelo femenino a seguir. El capítulo 2 de Josué relata cómo dos espías varones fueron enviados a Jericó para explorar la tierra antes de que los israelitas cruzaran el río Jordán para conquistar la ciudad.

 

Los hombres se quedaron con Rahab, pero cuando el rey de Jericó se enteró de los espías y le ordenó Rahab que los entregara para el castigo, Rahab los escondió en su techo y mintió sobre ellos sacándolos de la ciudad. Ayudó a los hombres a escapar y, a cambio de su amabilidad, ellos idearon un plan para proteger a Rahab y a su familia durante el subsiguiente ataque a Jericó.

 

¿Por qué mintió Rahab? No estaba salvando su reputación escondiendo a los hombres. Ella no era una israelita, y ella no tenía ninguna conexión con los forasteros. Josué 2:9–11 registra a Rahab diciendo: “Sé que el Señor os ha dado esta tierra. Os tenemos miedo y todos los habitantes del país tiemblan ante vosotros. Porque hemos oído que el Señor hizo secar las aguas del mar Rojo delante de vosotros cuando salisteis de Egipto, y también lo que habéis hecho con los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán, con Sehón y Og, a quienes habéis destruido.  Al oír esto, ha desfallecido nuestro corazón, y no ha quedado hombre alguno con ánimo para resistiros, porque el Señor, vuestro Dios, es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra.”

 

Rahab creía genuinamente en Dios, y lo demostró con sus valientes acciones y fe. Hebreos 11:31 dice: “Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, porque recibió amistosamente a los espías”. Santiago 2:24–25 también dice: “Como podéis ver el ser humano es justificado por las obras, y no solamente por la fe. Asimismo, Rahab, la ramera, ¿acaso no fue justi!cada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino?”

 

Dios puede usar a cualquiera para promover Su reino. Cualquiera. Rahab no fue su última o única elección; de entre todos, Dios escogió usarla: una ramera, una paria de la sociedad, una marginada y mujer despreciada—para cumplir Su plan para los israelitas.

 

Dios redime. Él está interesado en producir belleza de las cenizas. No estamos llamadas a quedarnos en nuestro pecado, pero Dios tampoco tiene miedo de nuestra humanidad. Rahab la prostituta se convirtió en Rahab la madre de Booz (Mateo 1:5), redefinida e injertada directamente en el linaje de Jesús.

 

Amigas, espero que esto las anime y les traiga paz. No sé cómo se sintió Rahab acerca de sí misma, pero me imagino que luchó. Dudo que ella haya imaginado que desde el mismo lugar donde ella fue profanada, algún día salvaría a su familia o sería el comienzo de su nueva historia como líder de la fe.

 

Lo que sea que lleves de tu pasado (vergüenza, arrepentimiento, dolor) déjalo. Ponlo al pie de la Cruz. Jesús vino a cargar con el peso de nuestros pecados, y tu pasado no te define. La historia de Rahab te muestra nuevamente que eres amada. Eres valiosa. Tu fe audaz podría cambiar el mundo.

 

Sara

 

 

 

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