Sentada en mi silla de playa, observo cómo dos chicas jóvenes construyen un reino grande en la arena. Trabajaban en conjunto moviendo cubos de arena y colocándolos justo en el lugar adecuado para erigir una gloriosa estructura. Cuando terminaron, las dos arquitectas sonrieron ante su obra maestra.
Pero la grandeza no duró. Sus cimientos se asentaban sobre polvo pulverulento. Poco después, las olas se abalanzaron sobre la estructura que habían erigido con tanto orgullo. En lugar de belleza, el efecto final fue la rotura y el desorden.
Necesito recordar esta imagen cuando lucho con el miedo al presenciar los monumentos de vanagloria construidos por quienes se oponen a Dios. A veces estas fortalezas de rebelión parecen insuperables, y empiezo a creer la mentira de que el mal está ganando el partido.
Los reinos de este mundo pueden parecer bestias devorando todo lo que es santo y correcto, pero su arrogante despliegue será borrado como castillos en la arena. Dios está sentado en el trono por toda la eternidad, y Él lo ve todo y lo sabe todo. Nada de lo que se hace en la tierra escapa Su atención.
Amiga, si te encuentras abrumada por el mal tiránico en este mundo, quita tus ojos de la opresión destructiva del hombre y pon tus ojos firmemente en tu Dios omnipotente:
- Encuentra consuelo porque Él está sentado en el trono. Tu Dios no se sorprende ni se deja sorprender por el mal. Él tiene el control total.
- Fíjate en que Su ropa es blanca como la nieve y Su pelo blanco como la lana. Tu Padre Celestial encarna la sabiduría y la santidad. Él existe más allá de los límites del tiempo y el espacio, y sostiene toda Su creación.
- Asómbrate porque las llamas de fuego rodean Su real esplendor con ruedas en llamas. Como nuestro Justo Juez, Dios está siempre trabajando para llevar a cabo Su plan divino de redención.
- Disfruta de Su compromiso con la justicia cuando se abren los libros. Dios toma nota de cada acto de maldad, y Él se ocupará de los que siguen siendo rebeldes e impenitentes.
- Inclínate en adoración con los miles y miles que le sirven con devoción. Un día, nos presentaremos triunfantes ante Él con una multitud de creyentes para honrar al Rey de Reyes.
- Regocíjate porque tu Salvador, el Hijo del hombre, es conducido a Su presencia y se le da toda autoridad, gloria y poder soberano. Jesús se encarnó, vivió una vida sin pecado, murió en la cruz y venció a la muerte para asegurarse la victoria.
Quédate tranquila: El reino del Rey Jesús nunca terminará. En un día nublado, puedes mirar al cielo con gran esperanza y saber que en cualquier momento el cielo podría abrirse, y Cristo bajará del cielo para arreglarlo todo de una vez por todas.
El reino del Todopoderoso superará toda oposición y permanecerá indestructible por toda la eternidad. Él reina sobre todo. Deja que esa verdad te inunde como una ola y elimine todo tu miedo. Al final, Dios gana.
Lyli Dunbar
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Semana 5 Desafío
Identifica un pecado con el que luchas actualmente. Comprométete a orar diariamente, pidiéndole a Dios que te conceda gracia y fortaleza. Pídele al Espíritu Santo que te ayude a luchar contra la tentación y el pecado. Además, acércate a un amigo o mentor de confianza, comparte tu lucha y pide sus oraciones y aliento.
Semana 5 Plan de Lectura:
Semana 5 Versículo a Memorizar: