“Jesús se levantó, reprendió al viento y dijo al mar: «¡Cálmate, sosiégate!». Y el viento cesó, y sobrevino una gran calma. Entonces les dijo: «¿Por qué están atemorizados? ¿Cómo no tienen fe?». Y se llenaron de gran temor, y se decían unos a otros: «¿Quién, pues, es Este que aun el viento y el mar le obedecen?».”- Marcos 4:39-41
¿Quién, pues, es Este?
Esta pregunta golpea mi corazón de diferentes maneras. Primero, los discípulos estaban haciendo esta pregunta. Seguramente sabían quién era Jesús. ¡Vamos! Él había estado con ellos por un tiempo y lo habían visto obrar varios milagros. ¿Por qué preguntar quién es?
Vino a mi mente este pensamiento: las circunstancias y las situaciones fatales de la vida ocurren y llegamos a nuestro punto más bajo; de repente Dios entra y obra un gran milagro. Él hace esto por nosotras no porque hubiéramos orado, de hecho, es posible que no hayamos tenido fe en absoluto y, como los discípulos, podríamos haber estado llorando y quejándonos, revolcándonos en la autocompasión. Pero debido a QUIÉN ES ÉL, viene y cambia las cosas como si nunca hubieran sido terribles.
Entonces, si es que puedo, déjame responder esa pregunta y, en el proceso, volver a presentarte a Él.
Él es el Rey de reyes.
El Creador, Poseedor, Sustentador y Dueño del cielo y la tierra y todo lo que hay en ellos.
Él es el que hizo todo y ante quien todo y todos responden.
Él es Aquel para quien nada es demasiado difícil de hacer.
Él es Aquel que nunca falla y que no puede fallar.
Es misericordioso, bondadoso, lento para la ira y lleno de amor.
Él es el mismo ayer, hoy y siempre.
Aquel que tiene todo el universo en Sus manos.
Aquel que nada confunde o toma desprevenido.
El que conoce la cantidad de cabellos de tu cabeza.
Él es Jesús, el Rey de reyes y Señor de señores. Aquel a quien la muerte no pudo mantener cautivo. Aquel que te amó y ama tanto que dio su vida por ti para que nadie, ningún poder, ni siquiera Satanás, pueda reclamar algo sobre ti.
El mismo que es capaz de calmar cada tormenta en tu vida, guardarte y preservarte hasta que Él regrese.
Eso, y más allá de nuestra imaginación, es quién es Jesús.
Entonces, querida amiga, ¿cuál debería ser nuestra respuesta a esto?
¡TEN FE!
¡Sí, ten fe! ¡Confía en Él! Es demasiado fiel para fallar. Dios no es hombre para que cambie de opinión. Si Dios lo dijo, lo hará. Es demasiado consistente para dejarte a mitad del camino. Dios está demasiado comprometido contigo para abandonarte en medio de tus tormentas.
¡Ten fe! Amada, confía en Él. ¡Estoy aquí animándote!
SEÑOR, creo, ayuda mi incredulidad.
Ebos
Ebosereme Aifuobhokhan es nigeriana y vive en Nigeria. Es una ávida lectora y una amante de la Palabra de Dios. Ella dirige la rama de traducción de Love God Greatly al hausa, traduciendo todos nuestros estudios de Love God Greatly al idioma hausa, hablado por más de 40 millones de personas en todo el mundo. Ella también sirve en los equipos de Oración y Aliento en Love God Greatly. Cuando le preguntas de su vida y el propósito de ella, siempre la oirás decir “dirige la gente a Jesús”. Es soltera y está totalmente enamorada de Dios. Es radiógrafa y mamógrafa en uno de los hospitales docentes del estado de Edo, Nigeria. Puedes conectarte con ella en Instagram.