Sirve a los Demás

 

Este pasaje comienza con Jesús llamando a los discípulos hacia Él y utilizando lo que acaba de suceder como un momento de enseñanza para ellos. Para entender realmente este pasaje, tenemos que retroceder unos versículos. Santiago y Juan se acercan a Jesús y le piden que les deje sentarse a Su lado en la gloria, uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús discute con ellos sobre lo que le piden. En ese momento las cosas se ponen interesantes. Los otros diez discípulos escuchan la conversación y se enfadan mucho con Santiago y Juan. Jesús aprovecha esta oportunidad para enseñarle a los doce discípulos una lección muy importante de la que todas podemos aprender.

 

Jesús les recuerda que los gobernantes de los gentiles utilizan sus posiciones para afirmar su autoridad y control. Luego les dice que no será así con ellos. Esta parte siempre me llama la atención. Jesús está llamando a los discípulos a hacer exactamente lo contrario de lo que hace la cultura que les rodea. El mundo lo hace de una manera, pero ellos deben hacerlo de otra, de una manera mejor. Los llama a utilizar su posición de liderazgo para servir a los demás. Jesús dice que si quieren ser grandes entonces sirvan a los demás. Luego se pone a sí mismo como ejemplo del mayor acto de corazón servicial. 

 

Este versículo me hace pensar en Filipenses 2:5-8 que dice: “Tened entre vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a Sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres. Y hallándose en forma humana, se humilló a Sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”. 

 

De todas las personas que podrían haberse jactado de quiénes eran, haber tratado de hacerse fama, y haber tratado de señorear Su autoridad sobre los demás, Jesús pudo haberlo sido. Pero no lo hizo. De hecho, hizo exactamente lo contrario. Se consideró nada y tomó la forma de siervo, y Nos llama a hacer lo mismo.

 

Jesús nos llama a algo elevado y santo. Nos llama a entregar nuestras vidas por el bien de las demás. Nos llama a usar nuestros recursos, nuestros dones y todo lo que somos para servir a los demás. Nos llama a seguir Su ejemplo. 

 

Este llamado va en contra de lo que nuestra cultura nos dice. Nuestra cultura nos dice que cuidemos al número uno (nosotras mismas) y que hagamos lo que sea mejor para nosotras en todas las situaciones. La cultura nos dice que hagamos algo de nosotras mismas y que nos aseguremos de que todo el mundo sepa lo grandes que somos o lo arregladas que estamos. No necesitamos mirar más allá de las redes sociales para ver esto. En este pasaje, sin embargo, Jesús nos llama a hacer lo contrario. Nos llama a servir a los demás. Hacerlo será lo que realmente nos haga grandes. No será glamoroso, y a menudo es un trabajo poco grato. Pero es agradable al Padre porque esa es la vida que nos ha llamado a vivir.

 

Semana 4 – Desafío: 

 

Cuando ponemos nuestra fe en Cristo, nuestro cuerpo se convierte en templo del Espíritu Santo, el lugar literal donde Él habita. ¿Has estado cuidando tu cuerpo? ¿Cómo puedes seguir cuidando tu cuerpo esta semana durmiendo lo suficiente, moviendo tu cuerpo, comiendo bien y manteniéndote saludable?

 

Semana 4 – Plan de Lectura:

 

 

Semana 4 – Versículo a Memorizar

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