Siempre Recordada por Dios

 

Cuando vio Jesús a su madre y a su lado al discípulo a quien él amaba, le dijo a ella:

 

—Mujer, ahí tienes a tu hijo.
Después dijo al discípulo:
—Ahí tienes a tu madre.
Desde aquel momento, el discípulo la acogió en su casa..

 Juan 19:26–27

 

 

Leí este versículo y oré: “Jesús, ¿cómo podrías seguir pensando en el bienestar de tu madre mientras estabas en la cruz en agonía, traicionado y odiado por las personas que viniste a salvar? ¿Cómo?” En respuesta, el Espíritu Santo me recordó Isaías 49:15

¿Se olvidará la mujer de lo que ha dado a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? ¡Aunque ella lo olvide, yo nunca me olvidaré de ti!

 

Nunca seríamos capaces de entender o comprender completamente la profundidad, altura, anchura y amplitud del amor de Dios por nosotros. Y, francamente, no creo que esté ahí para que lo entendamos, sino para disfrutar y vivir en su plenitud.

 

Nunca estamos sin ayuda. Nunca estamos en el olvido. El corazón de Dios por nosotras está lleno de amor eterno y duradero que nada, y nadie, puede cambiar o quitarnos. Nuestros defectos, fracasos, errores, fortalezas y habilidades, nada de lo que somos o hacemos puede detener el amor de Dios por nosotras.

 

Es un amor que me hace preguntar: “¿Por qué me amas tanto? ¿Qué he hecho o dicho alguna vez para merecer ser amada incondicionalmente así?”

 

Y la respuesta es, ¡Nada! Nunca podemos hacer o decir nada para merecer un amor tan puro y genuino, como el de Cristo. Él simplemente nos ama. ¡Sencillo! Él simplemente nos ama.

 

Dios está atento a nosotras. No es ajeno a lo que ocurre en nuestras vidas. No es indiferente a nosotras. Nos ama con un amor eterno que trasciende el tiempo, el lugar, la raza y la distancia. Tú no estás escondida de Su corazón. Tu nombre está grabado en la palma de Su mano. Amada, no estás olvidada. No permitas que tus pruebas actuales te cieguen del amor que está constantemente allí para ti. Dios está trabajando detrás de las escenas en Su nombre.

 

Mientras hayas entregado tu vida a Él, eres parte de Su familia. Sus ojos vigilantes están sobre ti, y Su amor te rodea. No permitas que el diablo te diga lo contrario. No permitas que lo desagradable que te rodea te diga lo contrario. No permitas que tus insuficiencias t-e digan lo contrario. Eres amada, cuidada y siempre recordada por Dios.

 

Jesús es el mismo ayer, hoy y siempre. Si Él estuvo allí para María, Su madre terrenal, Él también está aquí para ti, Su amada hija.

 

¡No pierdas la fe! Él siempre está ahí. Él siempre está ahí para ayudarte. Incluso cuando no hay nadie más alrededor, Él es tu ayuda siempre presente en todo momento. Incluso cuando no puedes ver nada funcionando de la manera que quieres, incluso cuando tus sentidos naturales no pueden sentirlo. Él está allí. Toma tu Biblia y léela, habla con Él en oración, y Su presencia y gozo llenarán tu corazón con la seguridad de que eres amada, recordada, apreciada y nunca olvidada.

 

Querida amiga, necesito que creas estas palabras. Nunca estás sin Su ayuda.

 

Con Amor Desde Nigeria,

Ebos

Estudio Bíblico Relacionado

Recibe nuestras actualizaciones

Recientes