Sellada y Segura

 

¿Cuál es la fuente de tu seguridad?

 

¿Es tu familia? ¿Tus amigos? ¿Tus relaciones? ¿Tus planes para tu futuro?

 

Una encuesta reciente reveló que más del 60% de las mujeres experimentan pensamientos hirientes y autocríticos, lidiando con la inseguridad semanalmente.

 

Al considerar todos los problemas que enfrentan las mujeres en un mundo caótico y cambiante, puede que no te sorprenda que tantas mujeres enfrenten inseguridades abrumadoras todos los días.

 

Ahora bien, el que nos confirma con ustedes en Cristo y el que nos ungió, es Dios, quien también nos selló y nos dio el Espíritu en nuestro corazón como garantía.

2 Corintios 1:21-22

 

¿Cuál es la solución a la inestabilidad y la inseguridad en un mundo inestable y caótico?

 

Para aquellas que creen en Jesucristo, la respuesta solo se puede encontrar en Dios mismo.

 

Desde el mismo momento en que ponemos toda nuestra confianza y esperanza en Jesucristo, Dios nos sella con el Espíritu Santo de la promesa.

 

Cuando Dios coloca Su sello, que es el Espíritu Santo, dentro de nosotras, permanentemente está identificando que le pertenecemos para siempre.

 

El sello de Dios es la fuente de nuestra seguridad. Nunca fallará, porque Dios no puede fallar.

 

Una vez que somos selladas, podemos estar seguras de nuestra identidad como elegidas de Dios.

 

Una vez que somos selladas, podemos estar seguras de las promesas que Dios nos ha hecho.

 

Una vez que somos selladas, podemos estar seguras en el propósito de Dios para nosotras.

 

Una vez que somos selladas, podemos estar seguras de la protección que Dios nos brinda.

 

No solo por un tiempo.

 

No solo cuando somos “buenas”.

 

Sino por toda la eternidad.

 

Dios está plenamente comprometido con una relación activa, íntima y personal con cada una de Sus hijas, incluso en los días en que no estamos comprometidas con Él.

 

Y cuando escuchaste la palabra de verdad (el Evangelio de tu salvación), cuando creíste en Cristo, fuiste marcada con el sello del Espíritu Santo de la promesa… Efesios 1:13

 

Cuando nuestras circunstancias son inciertas o cuando la vida nos trae dolor, recordamos que hemos sido selladas eternamente por Dios.

 

Cuando luchamos con la inestabilidad que inevitablemente traerá la vida, nos refugiamos en nuestra “tarjeta de identificación”, que está firmada por nuestro Dios Todopoderoso. Meditamos rápidamente en las promesas de Dios de amor eterno e incondicional y nos mantenemos firmes en la verdad de que Dios es nuestra fuente de fortaleza, estabilidad y protección para siempre.

 

El mundo puede cambiar, pero Dios no.

 

La gente puede fallarnos, pero Dios no.

 

Tú y yo podemos luchar en la vida, pero Dios no lo hará.

 

No importa lo que hagamos, no importa cómo fracasemos, el pueblo de Dios está perfectamente seguro en el amor de Dios para siempre.

 

Si Dios está comprometido a brindarte Su constante seguridad de que tú eres Suya para siempre, ¿qué tan comprometida estás tú a creerle a Él?

 

¿Qué lucha, decepción o tristeza te está tentando a dudar de tu seguridad eterna en Dios? ¿Cómo podemos orar por ti mientras comienzas a buscar solo a Dios para obtener seguridad y estabilidad en tu vida?

 

Paz y gracia para ti

 

Terria

 

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