Seguir a Jesús con Regocijo

 

“Volviéndose hacia los discípulos, les dijo aparte: «Dichosos los ojos que ven lo que ustedes ven; porque les digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que ustedes ven, y no lo vieron, y oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron».

 

Previo a su último viaje a Jerusalén, Jesús envió a setenta de Sus discípulos, con una misión similar a la que había dado a los doce anteriormente, ir y predicar el Reino De Dios, pero esta vez anunciándolo a todas las poblaciones que se encontraran en el camino.

 

En algunos lugares despreciaron el anuncio, como ya había ocurrido en algunas regiones de Galilea. Pero ellos no solo fueron enviados con el propósito de sanar enfermos y echar fuera demonios, sino, de ver la respuesta de los oyentes al Señor y Su mensaje, algunos lo aceptaron, mientras otros lo rechazaron.

 

Los discípulos regresaron llenos de regocijo, testificando del poder que se les había delegado. Ante el informe, Jesús les hizo recordar que la causa de su gozo era saber que, a pesar de lo que ocurrió en el cumplimiento de la misión, sus nombres fueron escritos en los cielos (Lc. 10:20)

 

Asimismo, Lucas presenta al Señor lleno de gozo, con una oración de alabanza, reconociendo a Su Padre. Luego observamos que se dirige a los discípulos hablándoles aparte, anunciando la bienaventuranza de ser testigos de Su ministerio, por ver y oír lo que otros no pudieron. A diferencia de los antiguos quienes no conocieron a Jesús, estos hombres pudieron tener una íntima relación con Él, no por sus obras, sino por la gracia del Señor.


Que hermosa oportunidad tenemos al conocer el Evangelio y ser seguidoras de Cristo hoy. El Señor nos ha dado la comisión, y la capacidad, de ir por todo el mundo para enseñar a todos lo que no le conocen, asimismo, Su presencia todos los días de nuestra vida. El primer campo de acción es el hogar, de allí en adelante amigos, vecinos, compañeros de trabajo y estudio, debemos orar de manera intencional para que nos muestre los momentos oportunos para establecer contactos, acercarnos, y hablarles de Cristo.

 

A lo largo de este recorrido tendremos luchas, persecuciones, saldremos de la zona de confort, pagaremos un alto costo, posiblemente el rechazo de la familia, oposición, pero podemos confiar plenamente que la misma Autoridad que envió a los apóstoles nos acompaña, en el camino gozaremos de Su cuidado y provisión, solo debemos pensar, no en el aplauso personal, sino en que Dios sea glorificado. Así que, gocémonos en obedecerle, la recompensa viene de Él.

 

Padre Santo, quiero expresarte mi gratitud por la Palabra meditada hoy, porque me trae aliento y ánimo para continuar. Ayúdame a crecer espiritualmente, cultivando una relación íntima contigo, disfrutando conocerte, renunciando a los ídolos que posan en mi corazón, especialmente el orgullo y egoísmo que me impiden cumplir la tarea que me das. Que mi gozo sea darte la gloria y que pueda ser obediente a Tu llamado. En el nombre de tu Hijo, Amén.

Creciendo en Su Palabra

Erica Cárdenas Cueto

Erica

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