Sanando lo que Estaba Roto

 

Crecí como la niña propensa a sufrir accidentes en nuestra familia. Aunque tenía dos hermanos mayores, yo seguía siendo la que tenía más visitas al hospital, huesos rotos y puntos de sutura. Si bien no recuerdo todos los detalles de estos incidentes, sí recuerdo un aspecto que fue igual en todos ellos: el cuidado de mis padres. Tan pronto como ocurría una lesión, corrían a mi lado para ver qué estaba pasando, evaluar la situación y responder correctamente. Se esforzaban en vendar mis heridas lo mejor que podían, hasta que me daban atención médica. Lo que no sabía entonces, y lo sé ahora, es que claramente estaban modelando a Cristo en esos casos. 

 

El Supremo Sanador 

En Salmo 147:3 e Isaías 61:1, encontramos profecías de Aquel que “sanaría a los quebrantados de corazón y vendaría sus heridas”. Jesucristo vino a la tierra en forma humana para cumplir estas profecías y más. Leemos a lo largo de los evangelios que estas características marcan quién es Jesús y de qué se trata. 

 

Si bien nosotros, en la actualidad, no podemos ver físicamente a Jesús sanando y vendando a los heridos, lo experimentamos en nuestros corazones a través del don del Espíritu Santo. ¡Eso en sí mismo debería llevarnos a cantar alabanzas a nuestro Dios porque Él es digno (Salmo 147:1)! 

 

 

Sanación Continua 

Lo increíble del Salmo 147:3 es que está en tiempo presente activo. No estamos esperando el día en que Jesús sanará y vendará, pero lo está haciendo ahora. Simeón tenía completa fe en que esté Salvador vendría debido a las promesas que leyó en el Antiguo Testamento. Esto, junto con la ayuda del Espíritu Santo, le permitió reconocer inmediatamente al Mesías cuando vio a Jesús en el templo. Simeón confiaba en que esta profecía se estaba cumpliendo en medio del quebrantamiento que lo rodeaba en Israel. 

 

Así como sucedió con la fe de Simeón, también podemos tener la misma seguridad de que Cristo ha venido y continúa sanando y vendando a los heridos y a los quebrantados de corazón. Debido a que Cristo ha venido y a través de Su obra consumada en la cruz, podemos descansar de que el dolor de nuestro corazón quebrantado y nuestras heridas más profundas se enfrentan en la gracia de Cristo.

 

Qué regalo es caminar con la confianza de que el Señor está desempeñando un papel activo en nuestra vida diaria. Podríamos concentrarnos muy fácilmente en el quebrantamiento y el dolor que nos rodea, pero es en esta promesa que podemos descansar y en el carácter de Dios incluso cuando pueda ser difícil. 

 

 

La Sanidad Final 

No sólo nos regocijamos de que el Señor nos esté mostrando esto continuamente ahora, sino que anhelamos el día en que veamos esta promesa cumplida y completada con el regreso de Cristo. El Adviento es un tiempo en el que nos ponemos en anticipación y celebración del nacimiento de Cristo, pero también nos sentamos en los mismos sentimientos diariamente mientras esperamos el segundo advenimiento, el regreso de Jesús. Anhelamos el día en que no habrá más corazones quebrantados ni heridas, pero esperamos con plena seguridad que llegará y será un día de perfecto cumplimiento para los que están en Cristo Jesús. 

 

Claire Marshall 

______________

Semana 2 – Desafío

El Adviento es un tiempo de espera de la segunda venida de JESÚS, durante la cual creará una tierra nueva y todas nuestras pruebas habrán llegado a su fin. Esta semana, pensaremos en Simeón, que tuvo que esperar mucho tiempo para ver a JESÚS, EL MESÍAS. Esperar no es fácil para ninguno de nosotros.

¿Qué cosas has estado esperando?

Vuelve a encomendárselas a DIOS esta semana, confiando en su tiempo perfecto para responder a tus oraciones.

Escribe en tu diario de oración aquellas cosas que estás esperando y comparte con alguien cercano estas oraciones y juntos pueden orar por ellas.

AMA A DIOS GRANDEMENTE

 

Semana 2 – Plan de Lectura

Estudio Bíblico Relacionado

Recibe nuestras actualizaciones

Recientes