Sacrificios Agradables

“Y el Dios de paz, que resucitó de entre los muertos a Jesús nuestro Señor, el gran Pastor de las ovejas mediante la sangre del pacto eterno, los haga aptos en toda buena obra para hacer Su voluntad, obrando Él en nosotros lo que es agradable delante de Él mediante Jesucristo, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.”  Hebreos 13.20

¿Alguna vez tuviste una charla con una amiga cristiana que está atravesando un momento difícil?  ¿O recibiste un mensaje pidiendo oración? A veces puede ser difícil saber cómo orar, especialmente si no sabes los detalles. O quizás has estado pasando por un tiempo difícil y estás luchando con la oración. En momentos así encuentro oraciones en la Biblia, como la de Hebreos 13, realmente útiles. Podemos orar esas mismas palabras y usarlas para direccionar nuestras oraciones. Esta oración comienza describiendo a Dios como el Dios de paz. Esta paz significa mucho más que la falta de problemas, hay plenitud en la paz de Dios. Esto nos recuerda la oración de Pablo en Filipenses 4:7: “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús.”  Cuando la vida se vuelve difícil es bueno recordar el carácter de Dios. Él es el Dios de paz, y Jesús es el Príncipe de Paz prometido en Isaías 9:6. Esto puede hacernos pensar en otros aspectos del carácter de Dios por los cuales estar agradecidas. Dios nos ha traído verdadera paz para nuestro mayor problema del pecado, el cual lucha con la imagen de aquel en quien fuimos creadas, por medio de la sustitución de nuestra muerte junto con la de Cristo. Bajo el antiguo pacto, varios animales sin defecto eran sacrificados. “Y según la ley, casi todo ha de ser purificado con sangre, y sin derramamiento de sangre no hay perdón.” (Hebreos 9:22) Pero estos muchos sacrificios eran solo una sombra de lo que vendría, apuntaban al sacrificio hecho por todos nosotros en la cruz. El pacto eterno fue pagado por Dios por medio de la sangre de Cristo derramada por nosotros. Un viejo himno muy popular en el Irlanda del Norte dice así en su coro:

 “¿Eres limpio por la sangre del Cordero, en la sangre del Cordero que limpia el alma? ¿Son tus vestidos inmaculados? ¿Son blancos como la nieve? ¿Eres limpio en la sangre del Cordero?¨

El escritor de Hebreos también nos muestra esta imagen del Pastor tomando el lugar de las ovejas. Y así recordándonos las palabras de Jesús: ¨Yo soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas.¨ (Juan 10:11)  Podemos entonces confesar nuestros pecados a nuestro compasivo Dios. Entramos confiadamente a Su presencia por la sangre de Jesús, y oramos con corazones colmados de agradecimiento de que “la sangre de Jesús nos limpia de todo pecado” ( 1 Juan 1: 7) Como bien sabemos, Dios levantó a Jesús de la muerte. Esto demuestra el poder de Dios y la derrota sobre la consecuencia de nuestro pecado: la muerte. La muerte y resurrección de Jesús es central para nuestra fe. Y si Jesús no resucitó nuestra fe es vana , vacía, e inútil; y aún estamos en nuestros pecados y dignos de conmiseración de todos los hombres, según lo que nos dice Pablo en 1 Corintios 15. Por una aparente mejor vida, podemos ser tentados a estar de acuerdo con la idea de que hay muchos caminos que conducen a Dios. El libro de Hebreos establece  categoricamente que Jesús es el único que pagó nuestra deuda. En respuesta a esto adoramos a Dios por haber pagado completamente nuestra deuda, y nuestras vidas son transformadas al llevar fruto, haciendo conocer a Dios al mundo que nos rodea. Me encanta cómo este pasaje dice que seremos aptos para aquello para lo cual fuimos creadas. Qué gran seguridad. Me he sentido abrumada e insegura de si soy capaz de hacer aquello para lo que Dios me está llamando, pero luego recuerdo Su fidelidad! Cuando nos enfocamos en Dios, recordando que Él sabe todo lo que necesitamos y que Él lo proveerá, podemos avanzar confiadamente en fe. Oramos por un mayor deseo de ser usadas por Dios y para que Sus planes y propósitos sean también los nuestros. Estos versículos también hablan de Dios haciendo en nosotros lo que es agradable. Los sacrificios en el Antiguo Testamento se describen como ofrendas de olor grato a Dios ( por ejemplo Números 15).  Nuestras vidas deben ser sacrificios vivos, agradables. “Por tanto, hermanos, les ruego por las misericordias de Dios que presenten sus cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es el culto racional de ustedes.¨ (Romanos 12:1) Podemos estar seguras de que Dios nos hará aptas para las oportunidades y experiencias a enfrentar, para darle gloria a Él. Aún a través de nuestras dificultades los planes de Dios no son frustrados. A Él sea la gloria por siempre.     Julie      

 

 

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