Un profesor universitario compartió una vez conmigo su definición de la fe: “La fe es elegir creer que la Palabra de Dios es verdad, independientemente de nuestros sentimientos, circunstancias o normas sociales”.
Independientemente de las dudas que podamos sentir a veces, independientemente de las situaciones difíciles y de prueba a las que nos enfrentemos, independientemente de lo que el mundo que nos rodea diga que es verdad, la fe es elegir creer que la Palabra de Dios es verdad. Pase lo que pase.
Esta definición de la fe me ha acompañado durante muchos años en mi caminar con el Señor, y a menudo vuelvo a ella. Cuando me asaltan las dudas sobre la bondad o la soberanía de Dios, elijo creer en Romanos 8:28. “Dios obra todas las cosas para bien. Dios obra todas las cosas para el bien de los que le aman. Cuando no puedo entender lo que Dios está haciendo o por qué no responde a determinadas oraciones, confío en las palabras de Habbakuk. Dios está haciendo una obra que no creería ni aunque me la contaran. Y mientras el mundo cambia y la verdad se relativiza en función de quien sostenga el micrófono, yo estoy anclada en saber que toda palabra de Dios demuestra ser verdadera (Proverbios 30:5) y que Su verdad es inmutable.
La fe es elegir en creer que la Palabra de Dios es verdad pase lo que pase.
¿Por qué es importante? Cuando tenemos fe, tenemos el poder de conquistar el mundo. Cuando Jesús caminó por esta tierra, dijo a Sus discípulos: “En el mundo tendréis tribulación. Pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33). Cuando tenemos fe, tenemos acceso al mismo poder que Cristo utilizó para vencer al mundo. Mediante nuestra fe en Cristo tenemos el poder de perseverar en las pruebas, de no caer en el pecado cuando somos tentados y de confiar y tener esperanza en medio del sufrimiento.
Con la fe, viene el poder. Poder de conquista.
Si hoy te encuentras luchando por creer en la Palabra de Dios, en quien Él dice que es, en la gracia salvadora de Jesucristo, no pasa nada. Confiésalo al Señor. Incluso cuando nos cuesta creer, Dios es fiel para demostrarnos que es verdad. “Si somos infieles, Él permanece fiel, pues no puede negarse a sí mismo” (2 Timoteo 2:13). Pídele fe para creer. Él será fiel.
Cristin