“Pero Jesús le respondió: «Escrito está: “No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.
Mateo 4:4
Ante circunstancias adversas, a toda persona le gustaría tener alguna herramienta de protección o defensa. Todos estos dispositivos se idean de manera pre-ventiva, como sucede con el cinturón de seguridad y las bolsas de aire en los autos, o con los extintores de fuego; lo cierto es que todos han pasado por rigurosas pruebas y requieren de mantenimiento periódico para que puedan brindar la “seguridad” esperada por quien los usa.
En el contexto de la lectura de hoy, observamos a Jesús acudiendo a un área apartada y solitaria, y en medio de una situación de posible vulnerabilidad física, pues tenía mucho tiempo sin comer. La adversidad aparece personificada en Satanás, quien llega con el propósito de usar la debilidad del Señor como medio de ataque, pero el Salvador cuenta con la mayor y mejor herramienta que pueda existir para enfrentar los ataques del maligno.
En el verso 3 del capítulo 4 de Mateo vemos que el ataque es directo a la deidad de Jesús, e inicia con una provocación, “Si eres Hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en pan”
El Señor no dudaba de quién era, ni del poder que tenía para hacer cualquier cosa, Su seguridad era incorruptible, y Sus acciones obedecían a Su voluntad y no a las de nadie más. En Su respuesta, Cristo citó parte de Deuteronomio 8:3,
“Él te humilló, y te dejó tener hambre, y te alimentó con el maná que tú no conocías, ni tus padres habían conocido, para hacerte entender que el hombre no solo vive de pan, sino que vive de todo lo que procede de la boca del Señor.”
El pueblo de Israel pasaba por el desierto, enfrentando dificultades que no podía superar con sus propias fuerzas, cosas a las que no estaban acostumbrados y que sacaba lo peor de ellos. Esa situación los llevó a conocer a Dios como no lo habían experimentado antes, y a ver Su poder hasta en las cosas más pequeñas.
Todo esto hace que la reacción del Salvador ante la provocación sea la respuesta ideal, el modelo a seguir para todos los que creemos en Él, y que de seguro enfrentamos tentaciones a diario que ponen a prueba nuestra fe, que buscan hacernos dudar de nuestra identidad en Cristo, y del propósito para el que estamos aquí.
Nadie espera a que la adversidad llegue para prepararse para enfrentarla, no te pones el cinturón de seguridad cuando el auto ya está por chocar, esa es la receta para el fracaso. Debemos atender al ejemplo de Jesús y pasar tiempo a solas con el Padre, conocer Su palabra y hacerla nuestra guía diaria.
Por eso, hoy te invito a hacer de tu relación con Dios una prioridad en tu vida. Lee y escribe pasajes bíblicos a diario, medítalos, escucha y ora la Biblia, cántala, memorízala, compártela. Invierte tiempo y recursos en herramientas que te permitan profundizar en los contextos para que te puedas alimentar de manera integral, y no te conformes con pequeñas porciones.
Recuerda que en Ama a Dios Grandemente te damos guías de estudio de la Biblia, pero tú puedes estudiarla más ampliamente.
Padre, gracias por Tu palabra. Ayúdanos a acercarnos a Ti aprendiendo más y más en ella. Enséñanos a aplicarla en cada área de nuestras vidas y a seguir el ejemplo de Jesucristo en todo tiempo. En el nombre del Hijo, amén.
Ama a Dios Grandemente