¿Por qué Dios Escucha Nuestras Oraciones?

 

 

“De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, para que oremos como conviene, pues no sabemos, y el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Pero el que examina los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios.” – Romanos 8:26–27

 

Creo que esta ha sido una de mis semanas favoritas sobre la oración hasta ahora. Es genial aprender qué es la oración, cómo orar, por qué orar y los diferentes tipos de oración, pero todo eso no tiene sentido si Dios no nos escucha.

 

Ha habido muchas veces en mi vida cuando sentí que mis oraciones nunca llegaron a los oídos de Dios. Sé que es una percepción falsa de mi parte, pero también es una indicación de un corazón débil y una comprensión pobre de Dios. Si has tenido dudas sobre si Dios escucha o no tus oraciones, espero que esta semana haya sido de aliento para ti.

 

Uno de los roles del Espíritu Santo es ser nuestro ayudador (Juan 14:26), ¡y vaya que lo necesitamos! Él da un codazo a nuestra conciencia cuando estamos viviendo en discordia con la Palabra de Dios (Juan 16:8). Él nos consuela en nuestro dolor (Hechos 9:31), y nos enseña en nuestra ignorancia (Juan 14:26), y también nos ayuda en nuestra vida de oración.

 

Si creciste en la iglesia, probablemente escuchaste la frase “el Espíritu intercede por nosotros”. Suena genial, pero ¿qué significa?

 

La oración es un recordatorio constante para nosotras de que dependemos total y profundamente de Dios para todo. Estamos llenas de debilidad y esta debilidad se ve a menudo en nuestra vida de oración. Nos distraemos fácilmente, dejando que nuestros horarios y preocupaciones nublen nuestros momentos de oración. Nos ponemos ansiosas y nos apresuramos a orar porque nuestra lista de cosas por hacer está llamando y, francamente, empezar a lavar la ropa, dormir hasta tarde, hacer mandados o ducharnos antes de que el bebé se despierte son más importantes para nosotras que pasar tiempo hablando con Dios o leer Su Palabra.

 

A veces no sabemos cómo expresar lo que sentimos porque nuestro corazón es frío o insensible. De vez en cuando simplemente nos quedamos atascadas. Nuestras circunstancias nos confunden, nos sentimos desanimadas o estamos cansadas ​​y simplemente no sabemos qué decir.

 

¡Cobra ánimo! Nunca oramos solas. El Espíritu Santo intercede por nosotras; Él ora con y por nosotras cada vez que oramos.

Pero, ¿cómo nos ayuda Él exactamente en nuestras oraciones?

 

  1. El Espíritu da dirección.

¿Alguna vez te ha venido alguna persona a la cabeza y has sentido la necesidad de orar por ella? Este es un empujón del Espíritu Santo. No lo ignores. Él es nuestro consejero que, a veces, pondrá en nuestro corazón cosas por las que debemos orar. Tal vez sea una persona, tal vez sea una circunstancia, o tal vez sea un empujón para arrepentirte. Esta es una forma en que el Espíritu Santo ayuda a dirigir nuestras oraciones.

 

  1. El Espíritu intercede cuando no sabemos qué orar.

¿Con qué frecuencia han sucedido cosas que nos han dejado preguntándonos qué estaba haciendo Dios? Los caminos de Dios no son nuestros caminos, lo que puede llevarnos a sentirnos confundidas. No conocemos la voluntad soberana de Dios, por lo que no sabemos si debemos orar por sanidad o fortaleza, o más fe y paciencia. Todas estas cosas son buenas cosas por las que orar, pero nos encontramos sin dirección en medio de nuestro dolor.

 

Cuando estamos desesperadas, podemos estar seguras de que el Espíritu nunca se confunde acerca de lo que necesitamos. Él sabe exactamente por qué orar porque conoce los deseos de nuestro corazón y la voluntad del Padre. Y debido a que las oraciones del Espíritu siempre están de acuerdo con la voluntad de Dios, siempre son contestadas. ¡Esto es asombroso para mí! También debería ser un gran estímulo para que nosotras sigamos orando, especialmente cuando nos sentimos débiles, cuando estamos abrumadas o cuando estamos devastadas.

 

Dios ha dicho que Él nunca nos dejará, esto incluye nuestros momentos de oración. El Espíritu está allí, uniéndose a nosotras en nuestra debilidad, ayudándonos a orar e intercediendo por nosotras en nuestro nombre.

 

¡Ninguna de nuestras oraciones es en vano! Dios Padre los escucha a todos porque Él cuida de aquellos que han sido comprados por la sangre preciosa de Jesús y sellados por la eternidad con el Espíritu Santo que intercede por nosotras cada vez que oramos. ¡Con razón la oración es tan poderosa! Ora con denuedo por cualquier cosa y por todo, recordando que Dios está obrando en ti y escucha todas tus oraciones.

 

Mirando a Jesús,

Jen

Estudio Bíblico Relacionado

Recibe nuestras actualizaciones

Recientes