Nuestro mejor amigo

 

 

Nos sentamos alrededor de una mesa en una reunión editorial, con el horizonte de Nashville brillando en el fondo. Después de meses de planificar, soñar, y preparar, estábamos listas para decidir cuál sería nuestro próximo proyecto. Nos presentamos ante el equipo que convertiría nuestros sueños en realidad, y antes de entrar en detalles, una de las líderes del equipo hizo una pausa. Nos dijo que proteger nuestra amistad sería esencial al transitar los próximos meses, porque allí es donde ella veía al enemigo listo para atacar.

Sonreí amablemente y asentí con la cabeza, pero no tomé en serio sus palabras. Saber que estábamos a punto de ser parte de eventos y proyectos totalmente enfocados en la amistad debería haberme dado una razón de tomar su consejo. Pero, yo era más joven en ese entonces y pensaba que lo sabía todo. Estaba en la cima, mi carrera era sólida, y estaba poniendo en marcha grandes metas que había alcanzado mucho más rápido de lo que hubiera alguna vez anticipado.

Unos pocos meses después, todo se derrumbó. Mi trabajo, la amistad, la comunidad – lo perdí todo. No solo no había prestado atención a las sabias palabras de una líder de ministerio, sino que dejé que mi orgullo tome las riendas. 

“Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él los exalte a su debido tiempo, echando toda ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de ustedes.” 1 Pedro 5: 6-7

Elegí exaltarme a mí misma, eligiendo mi propio tiempo por sobre el tiempo de Dios. Mi alma no estaba preparada para llevar el peso de lo que estaba construyendo, al estar más preocupada por mi futuro que en amar bien a aquellos que Dios había puesto en mi vida. Los próximos versículos en la escritura nos dicen: “Sean de espíritu sobrio, estén alerta. Su adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar. Pero resístanlo firmes en la fe, sabiendo que las mismas experiencias de sufrimiento se van cumpliendo en sus hermanos en todo el mundo. Y después de que hayan sufrido un poco de tiempo, el Dios de toda gracia, que los llamó a Su gloria eterna en Cristo, Él mismo los perfeccionará, afirmará, fortalecerá, y establecerá. A Él sea el dominio por los siglos de los siglos. Amén. 1 Pedro 5: 8-11

El enemigo puede estar al acecho, pero no ganará. Con Jesús como nuestro fundamento firme, nuestro Amigo que nunca nos fallará, ni nos dejará, ni rehusará perdonarnos, podemos mantenernos firmes en nuestra fe. Podemos volver a ponernos de pie cuando tropezamos, podemos aferrarnos a la cruz cuando nuestros corazones son lastimados, y comprometernos a estar presentes en nuestras comunidades porque Dios mismo nos restaurará, confirmará, fortalecerá, y establecerá. 

Al pasar tiempo con Dios hoy, pídele que te revele en qué área no te has humillado totalmente a Su voluntad. ¿En qué áreas estás tratando de llevar adelante cosas en tu propio tiempo, con tus propios planes? ¿En qué áreas te estás esforzando para ser exaltada en vez de exaltar a Aquel que merece toda la alabanza y adoración? ¿En qué áreas has tratado de llenar ese espacio en tu corazón que le corresponde a Dios con una amistad terrenal imperfecta?

Jesús es nuestro mejor amigo. Amamos porque Él nos amó primero, perdonamos porque Él nos perdonó primero. Él se humilló a Sí mismo por nosotras en el pesebre y en la cruz. Sin importar cual sea la prueba que estás enfrentando o cuan sola te sientas eres perfectamente amada por Jesús, el mejor amigo que pudieras tener.

 

Crystal.

 

Semana 6 – Plan de Lectura

 

 

Semana 6 – Versículo a Memorizar

 

 

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