Nuestra Misión

 

¿Por qué estás aquí?

¿Para qué te ha llamado Dios? 

¿A quién te ha llamado Dios a alcanzar? 

¿Cuál es tu declaración de misión?

 

 

Para los creyentes, es imperativo que sepamos que estamos pensando y actuando de acuerdo con la Palabra de Dios. Dios nos ha llamado a ser sus representantes. A través del Espíritu Santo, hemos sido capacitadas con la autoridad de Dios para actuar sobre este mundo. ¡Qué realidad tan asombrosa y sobrecogedora!

La Biblia revela a los creyentes uno de los roles que debemos cumplir mientras estemos aquí en la tierra. El papel principal que se nos ha dado a todas es compartir y difundir el mensaje de salvación.  

 

 

Dios envió a Su Hijo, Jesucristo, a morir por los pecados de toda la humanidad. Jesús venció al pecado y a la muerte al resucitar de la tumba tres días después de su crucifixión, todo según las Escrituras. Cuando creemos en lo que Jesús ha logrado, cuando confesamos y nos apartamos de nuestros pecados, cuando hacemos de Jesús nuestro Señor y Salvador, recibimos la salvación. Jesús elimina nuestra separación de Dios por toda la eternidad. ¡Esa es la Buena Nueva!

 

 

Hay tantas personas en este mundo que están luchando y sufriendo. Necesitan desesperadamente el mensaje que tenemos: el mensaje de esperanza; el mensaje de liberación; el mensaje de Cristo.     

 

 

“El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, a proclamar el año de gracia del Señor.” – Lucas 4:18-19  

 

 

Estos versículos constituyen la declaración de la misión de Jesús. En su primera proclamación pública a los líderes religiosos, Jesús dijo quién era y para qué había sido llamado por Dios. Dios ungió a Jesús para cumplir todas estas tareas tanto espiritual como físicamente. Vino a sanar el daño espiritual y físico causado por el pecado.

 

 

Jesús fue ungido para predicar el evangelio a los espiritualmente pobres. Ser pobre espiritualmente es reconocer y entender que no tenemos absolutamente nada de valor que ofrecer a Dios. Debido a nuestro pecado, estamos completamente vacíos espiritualmente y no podemos hacer nada para liberarnos. Una vez que recibimos la salvación, somos llenas del Espíritu Santo.

 

 

Jesús fue ungido para sanar a los quebrantados de corazón. Sé que esta frase no está en algunas de sus Biblias en el libro de Lucas, pero se puede encontrar en Isaías 61:1. Cada uno de nosotros ha sido quebrantado de corazón antes, y Jesús vino a consolarnos y ayudarnos a través de nuestro dolor.

 

Jesús fue el ungido para liberar a los cautivos. Él nos concede la libertad y la exoneración de la esclavitud espiritual del pecado. En Cristo, hemos sido liberadas.

 

Jesús fue ungido para dar vista a los ciegos. Él hizo esto físicamente sanando a los ciegos, pero más importante, Él vino a dar vista a aquellas que están espiritualmente cegadas por satanás.

 

Jesús fue ungido para proclamar  el año favorable del Señor. Esto es una referencia al Año de Jubileo. Era un año en el que se perdonaban todas las deudas y se devolvía toda la tierra a su dueño original. Todo el mundo obtenía un nuevo comienzo.  

 

Eso es lo que obtenemos en Jesús. Él hace todo nuevo. Una vez que hemos sido salvas, somos una nueva creación en Cristo. Lo viejo se ha ido, lo nuevo ha llegado. Todo se encuentra en Jesús. 

 

Vengan a Mí, todos los que están cansados y cargados, y Yo los haré descansar.

”Mateo 11:28

 

¿Por qué estás aquí?

¿Cuál es tu misión?

 

 

Cada uno de nosotros tiene talentos que Dios ha puesto en nosotros. Él desea que utilicemos esos talentos para el reino de Dios. Todo lo que hagamos debe alabarle a Él. 

 

 

Todo lo que Dios ha puesto en nosotros es para que podamos satisfacer las necesidades de los que sufren a nuestro alrededor. Es para que podamos dar esperanza a un mundo moribundo. Ahora es el momento.   

 

¿Cómo podemos orar por ti mientras intentas llevar a cabo tu misión para Dios?

 

 

Paz y gracia a vosotros,

 

Terria

 

 

Desafío de la Segunda semana:

 

El versículo para memorizar de esta semana se centra en lo que Jesús vino a hacer: anunciar buenas nuevas a los pobres, proclamar la liberación a los cautivos, dar vista a los ciegos, liberar a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor. Mientras estudias esta semana, busca ejemplos de cómo Jesús ha hecho cada una de estas cosas, tanto en el Evangelio de Lucas como en tu propia vida.

 

 

Plan de Lectura – Semana 2

 

 

 

Semana 2 – Versículo a Memorizar

 

 

 

Escucha este artículo en nuestro canal de Youtube:

 

Terria

Estudio Bíblico Relacionado

Recibe nuestras actualizaciones

Recientes