Manos extendidas y corazones llenos

Mis manos estaban vacías y mi corazón estaba roto.

 

Me senté en casa en mi reposo laboral de tres días después de mi aborto espontáneo y miré sin ver la pantalla de la computadora enfrente de mí. Traté de leer mi Biblia, pero era incapaz de centrarme más allá de uno o dos versículos. Quería escuchar a Dios, pero mi dolor solo me hacía llenare de duda y desesperación.

 

Nunca escuché Su voz de manera audible ese día, pero, mirando hacia atrás siete años después, sé cómo me habló con claridad. Él usó a Kelli.

 

Kelli era una Antigua estudiante que sabía que yo estaba sufriendo. Decidió ser valiente y compartir su historia conmigo. Me envió un email en el que decía que su marido y ella habían luchado por años con la infertilidad. Había comenzado un blog para contar su historia con la esperanza de animar a las mujeres en el mismo recorrido.

 

“No comparto esto con mucha gente” dijo, pero ella me mostró con su dolor que yo no estaba sola.

 

Pasé el día siguiente leyendo vorazmente. Nunca antes había visitado un blog. A través del de Kelli, encontré muchos lugares en internet en los que las mujeres me dejaban saber que Dios estaba obrando, que estaba presente, que estaba transformando el quebrantamiento en belleza. Su luz gloriosa se mostraba a través de todos estos rincones de internet.

 

Meses después, decidí comenzar un blog. Quizás podía animar a alguien más con mi historia. También acepté la invitación de una amiga para unirme a un estudio bíblico en el que estudiaríamos unos pocos versículos al día.

 

Puedo con unos pocos versículos al día, pensé. Agarré un cuaderno y comencé a escribir y a dejar que la Palabra de Dios transformara mi vida para siempre.

 

 

Mis manos se habían rendido y mi corazón estaba abierto.

Han pasado siete años desde que decidí caminar en la luz y permitir a Dios hacer Su obra en mí. He aprendido que Dios escribe las mejores historias, pero primero debemos darle el lápiz.

 

En 2 Corintios 4, Pablo está compartiendo su historia con nosotros con la esperanza de animar a aquellos de corazón cansado. Él conoce que en este mundo caído experimentaremos:

 

Caos externo: somos afligidos de muchas formas. Las presiones de la vida son agotadoras.

Confusión interna: Estamos perplejos. A veces las circunstancias no parecen tener sentido.

Críticas inmerecidas: Somos perseguidos. Muchas veces enfrentamos rechazo, somos incomprendidos y abusados.

Catástrofes inesperadas: Tenemos un mundo malvado a nuestro alrededor y es difícil seguir adelante.

 

Pablo quiere que sepamos que el quebrantamiento no es el final de nuestra historia. Mi hermana, Dios no ha terminado contigo todavía. Si le invitas a compartir tu dolor, Él te dará:

 

Ayuda: tu Protector nunca permitirá que este mundo te derrote.

Esperanza: Él te dará la paz que sobrepasa todo entendimiento.

Sanidad: Él nunca te dejará ni te abandonará. Él te restaurará.

Eternidad: Este mundo caído es tan solo un lugar temporal. Él está preparando un hogar permanente en el que no habrá más dolor ni tristeza.

 

Dios quiere fortalecerte, hacer brillar Su gloria a través de ti y transformar tu desastre en un ministerio de ánimo hacia otros. De la misma manera que brilló a través de Kelli Él desea usarte como una luz en un lugar oscuro.

 

Con manos extendidas y corazones llenos, hacemos brillar la redención de Dios ante un mundo que está observando.

 

Manteniendo la fe,

Lyli

 

 

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