La Espera es más fácil

 

Nunca he sido fanática de los suspensos en libros o programas de televisión. Quisiera saber qué pasara después y ni. me digas de tener que esperar un año o quizás más para que salga la próxima temporada. La verdad  todo esto cambió cuando empezó a ofrecer  la transmisión por suscripcion. Ahora caigo en la trampa de no tener que esperar y esperar que las cosas sucedan justo después de la pausa de 10 segundos entre episodios. Sin embargo siento que es un arma de doble filo, por no decir  menos.

 

Lo mismo me sucede con las situaciones en  mi propia vida. Descubrí que no me gusta esperar. Quiero saber qué pasara después. A menudo me impaciento o cedo a la preocupación y el miedo, imaginando todos los diferentes escenarios que pueden suceder.

 

 

Vale la pena la espera

 

La mayoría de las cosas en la vida requieren un período de espera y muchas veces vale la pena. En otras ocasiones puede que no sea así. Cuando Jesús ascendió al cielo, prometió que algún día regresaría. Pero habría que esperar a ese día. A diferencia de las cosas de este mundo que no siempre valen la pena esperar, el regreso de Jesús es lo más grande y es lo único seguro que tendremos que esperar, 

 

El profeta Isaías escribe que el día del regreso de Cristo será uno de celebración y restauración. Puedes escuchar el entusiasmo en las palabras de la gente en Isaías. Él escribe: “¡Mira, aquí está nuestro Dios! Lo esperábamos y él nos libró” (Isaías 25:8-9). La muerte ya no existirá. El dolor, el sufrimiento y las lágrimas serán un recuerdo lejano. Seremos renovados en nuestros cuerpos glorificados y estaremos para siempre en la presencia de nuestro Salvador. Es un día que seguramente llegará pero que a veces puede resultar difícil de imaginar.

 

Juan, en el libro del Apocalipsis, escribe además que Jesús regresará corporalmente para reunir a todas las personas que hayan puesto su fe en Él. Para el creyente será un día de gran regocijo y el día en que comenzará nuestra verdadera vida, será nuestro para siempre. Para aquellos que no conocen a Jesús, será un día de luto y temblor, porque no confiaron en el Único que podía traer vida y libertad.

 

 

Promesa segura y constante

 

Jesús prometió que este día llegaría pronto. Esto puede parecer irónico porque esa promesa se hizo hace más de 2.000 años. Pero cuando miramos toda la Escritura, vemos que las promesas de Dios nunca fallan. Y si ha cumplido todas las promesas hasta este momento, no hay manera de que no cumpla esta promesa.

 

Mientras esperamos el día en el que escucharemos sonar las trompetas, las nubes se abrirán y el Rey de Reyes y Señor de Señores descenderá de lo alto, podemos esperar con ansia y anticipación con una tarea que hacer. Jesús llama a todos los creyentes a dedicar sus vidas a la misión de dar a conocer el nombre de Jesús en todo el mundo. Vemos esto en la Gran Comisión (Mateo 28:19-20). Dios llama a todos los creyentes a compartir las Buenas Nuevas de Jesús con el mundo que observa y sufre.  El día del regreso de Jesús no tiene por qué ser un día de luto para algunos (2 Pedro 3:9). Más bien, puede ser un día de regocijo al saber que se reunirán con su Salvador.

 

Aunque esperar no es fácil, para nosotros de este lado del cielo, sabemos que no tenemos que esperar y esperar a que Dios lo haga. Sabemos que Él lo hará en Su tiempo perfecto. Mientras esperamos, continuamos proclamando la Buena Nueva del Reino y buscamos vivir de una manera que lo honre y comparta el amor de Cristo con todos. Podemos regocijarnos hoy sabiendo que algún día nuestro gozo será completo.

 

Emily

 

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