“Porque aunque somos seres humanos, no luchamos según criterios humanos. Las armas con las que luchamos no son las de este mundo, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, pues destruyen razonamientos falaces y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevan cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” 2 Corintios 10:3-5
El apóstol Pablo siempre tuvo oposición de falsos maestros que permanecían dentro de la iglesia de Corinto, pero supo enfrentar las acusaciones de sus opositores para defenderse, y valiéndose de una metáfora militar, explicar a los corintios por qué debían rechazar la mentira y abrazar la verdad.
Desde Génesis, la humanidad ha rechazado la verdad de Dios y ha aceptado la mentira, siendo esta la principal estrategia del enemigo de nuestras almas.
Los seres humanos han vivido ciegos a la luz del evangelio, con el entendimiento entenebrecido, amando las tinieblas, sin Dios y sin salvación; pero el Señor se ha mostrado desde la creación, y a su debido tiempo, se manifestó en la única verdad que existe: Jesús, Su Hijo.
En la mente se debaten los argumentos humanos contra los argumentos de Dios en Su palabra. El evangelio es poderoso y tiene la facultad de destruir todos los pensamientos que mantienen al hombre en altivez de corazón, y en un estado permanente de desconocimiento espiritual.
Dios nos ha dejado una armadura poderosa, vistámonos con ella. Seamos congruentes con lo que creemos, pensemos, hablemos y vivamos; estemos siempre dispuestas en la línea de batalla porque somos ciudadanas del reino de los cielos, defensoras del gran tesoro del Evangelio. Como Pablo, perseveremos ante la oposición, pues Aquel que nos defiende nunca duerme y está dispuesto a guiarnos para Su gloria.
Es hora de unirnos a las filas de batalla, tomar toda la armadura de Dios para poder resistir en el día malo. Amemos a Dios grandemente mientras leemos, meditamos, hablamos y memorizamos las Escrituras. ¡Defendamos la verdad!
Padre, gracias te damos por enviar a Jesús, el Camino, la Verdad y la Vida. Permite que podamos vestirnos con las armas espirituales que nos has dado para destruir fortalezas y todo pensamiento altivo que vaya contra Tu conocimiento. Gracias por Tu Palabra, por equiparnos con ella, enseñarnos su poder y valor inigualable en este tiempo y por la eternidad. En el nombre de Jesús, amén.
Vestida con Su Armadura,
Nelva Melissa González de Quezada
Panamá
Dios nunca hace una promesa que no vaya a cumplir. Ha estado haciendo promesas a Su pueblo desde que creó el mundo, y no ha faltado a ninguna. Su última promesa, la de enviarnos un Salvador para salvarnos del pecado, se manifiesta en la vida, muerte y resurrección de Jesús. Él es el cumplimiento supremo de todas las promesas de Dios.
“Porque todas las promesas de Dios en él son «sí».”– 2 Corintios 1:20
El Mesías Prometido es un estudio bíblico de cuatro semanas para la época de Adviento. Al sumergirnos en las promesas mesiánicas específicas hechas por Dios a Su pueblo, veremos cómo Jesús cumplió cada una de estas promesas y cómo sigue cumpliendo Sus promesas, hasta el día de hoy.
____
SI tienes un grupo que no ha sido registrado llena este formato para agregarte al grupo de materiales. Registra aqui