La Cultura de Nuestros Hogares

 

 

Lugares de Refugio

 

«Si quieres cambiar el mundo, vuelve a casa y ama a tu familia».

-Madre Teresa

 

Como madres, lo que hacemos dentro de las paredes de nuestros hogares importa. La forma en que amamos, tratamos e invertimos en aquellos que Dios nos ha dado específicamente tiene el poder no sólo de cambiar nuestras vidas sino también de impactar significativamente el mundo que nos rodea.

 

La Cultura de Nuestros Hogares es Importante.

 

Lo vemos en nuestros versículos de hoy. Una madre tiene el poder de transformar su hogar en un lugar de refugio y amor a través de sus elecciones.

 

 

25 su vestimenta era fuerte y espléndida 

y se reía del tiempo venidero.

26 Ella ha abierto su boca con sabiduría 

con amorosa instrucción en su lengua. 

27 Vigilando los caminos de su casa 

ella no quiso comer el pan de la ociosidad.

 

 

Ella vestía, reía, abría, instruía y vigilaba…

 

Las decisiones que tomamos como madres afectan a la cultura de nuestros hogares más de lo que muchas de nosotras nos damos cuenta.

 

Para muchos niños, el mundo fuera de nuestros hogares es cualquier cosa menos un refugio. Los estándares de perfección son demasiado altos, y las presiones de los deportes, la escuela y la sociedad son demasiado para sus jóvenes mentes y corazones.

 

 

Mantenerse en Contraste

 

Nuestros hogares deberían estar en marcado contraste. Deberían ser lugares suaves para que nuestros hijos aterricen, donde la dureza del mundo exterior se encuentre con el consuelo del amor incondicional. Nuestros hogares no son sólo un espacio físico, sino un santuario en el que cada miembro de la familia sabe sin lugar a dudas que es amado, apreciado y querido.

 

Pero eso no significa que nuestros hogares deban ser perfectos en lo más mínimo. La importancia de un hogar acogedor no radica en la perfección, sino en la gracia que fluye libremente en él. Está en comprender que mientras nos esforzamos por hacerlo lo mejor posible, la gracia cubre nuestros defectos y nos enseña a nosotros y a nuestros hijos la belleza del perdón y del amor incondicional.

 

Sin embargo, crear un hogar nutritivo requiere mucha intencionalidad. Significa elegir diariamente llenar nuestros hogares con palabras de afirmación, actos de amor y momentos de tiempo de calidad que unan más nuestros corazones. Es en los pequeños actos de amabilidad, el oído atento y el abrazo reconfortante donde nuestros hogares se convierten en el entorno nutritivo que Dios pretende que sean.

 

Como madres, nuestro papel en la formación de este entorno no puede exagerarse. Tenemos la oportunidad especial de marcar el tono de nuestros hogares y asegurarnos de que sean remansos de paz en un mundo lleno de desafíos. Asumamos esta responsabilidad de corazón, apoyándonos en la fuerza y la sabiduría de Dios, y creemos un espacio donde abunde la gracia, el amor sea incondicional y cada miembro de la familia sepa que tiene un lugar especial donde siempre es bienvenido.

 

Ama  a Dios Grandemente, 

Angela

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Desafío de la Semana 4: 

Dedicate un tiempo específico cada día para la oración. Concentrate en orar no sólo por tus necesidades y las de su familia, sino también por tu comunidad y la del mundo. Intenta  incorporar distintas formas de oración a lo largo de la semana, como la acción de gracias, la intercesión o la adoración.

 

Semana 4 – Plan de Lectura

 

Semana 4 – Versículo a Memorizar

 

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