La Cosecha y la Batalla

 

 

Nuestros corazones anhelan que Cristo vuelva. Cuando vemos las noticias, leemos las novedades en Internet y escuchamos a nuestras amigas, nuestros corazones están tentados a ponerse ansiosos y desear que el regreso del Señor se acelere. Pero, como un agricultor, debemos ser pacientes con la cosecha. Podemos no ser agricultoras profesionales, pero cada una de nosotras debería ser una agricultora espiritual. Debemos plantar semillas de verdad en las vidas de nuestros familiares, amigos y compañeros de trabajo. Sin importar nuestras circunstancias, Dios es fiel. Cualquier semilla que sembremos en amor y en obediencia fiel a Dios, eventualmente traerá una cosecha de justicia.  

 

El crecimiento espiritual, la mayoría de las veces, no sucede de la noche a la mañana. Por el contrario, se necesitan años de siembra y cultivo antes de que podamos ver el “fruto” de nuestra labor. En lugar de desanimarnos, debemos aprender a ser pacientes y soportar la espera.

 

Incluso mientras esperamos la futura restauración, tenemos trabajo que hacer ahora. El trabajo de Israel fue la restauración del templo. Nuestro trabajo puede ser la restauración de nuestras familias, señalar la injusticia, crear bellas obras de arte, o enseñar la verdad. El trabajo de cada una puede lucir muy diferente, pero las instrucciones son las mismas: practicar fielmente la obediencia mientras esperamos nuestra futura redención.

 

Sabemos que Jesús viene, pero mientras esperamos, vivimos en un mundo caído que ha sido corrompido por el pecado. En este mundo, tendremos problemas, dolor y sufrimiento. Juan 16:33 nos recuerda que Jesús ya ha vencido al mundo y que, gracias a Él, nosotras también. Mis temporadas de dolor y oscuridad tuvieron un regalo: sentí la presencia de Cristo en medio del sufrimiento. Me trajo consuelo,sosteniéndome y proveyéndome en numerosas formas.

 

No sólo somos como agricultores sembrando los campos, sino también luchando en ellos por nuestra fe. El enemigo no puede vencernos si permanecemos en el campo de batalla y mantenemos la fe. Podrá oponerse; podrá oprimirnos; pero nunca nos podrá vencer con Dios de nuestro lado. Cristo fue a la guerra por las almas de la humanidad en la cruz, por todos los que invocan Su nombre y que son más que vencedores. El amor de Jesús siempre ha derrotado el asedio del enemigo. En el ardor del conflicto, debemos armarnos con la verdad. Las fuerzas del enemigo no pueden destruirnos. Y el enemigo ya ha sido vencido.

 

Hay una cuenta regresiva en este momento. Nuestro Señor regresa. Mientras tanto, mantengamos nuestras mentes enfocadas en esta verdad, nuestros corazones puestos en amar en lugar de quejarnos, y nuestros ojos esperando ansiosamente Su regreso. Hasta ese momento, debemos esperar pacientemente, continuar plantando semillas de fe, soportar pruebas y tribulaciones y permanecer firmes en la batalla. Una cosecha increíble está a la vuelta de la esquina; la temporada está cerca, ¡así que sigamos persistiendo, queridas amigas!

 

Ama a Dios Grandemente,

Angela

 

 

Estudio Bíblico Relacionado

Recibe nuestras actualizaciones

Recientes