La Canción de María

Me encanta la decoración navideña: luces centellantes, estrella federal, guirnaldas girando alrededor de la escalera.  Mi madre tiene una colección increíble de la escena de la natividad de todo el mundo que coloca por toda su casa cada año.  Cada escena está hecha de diferentes materiales autóctonos, que refleja diferentes culturas, e incluye elementos ligeramente diferentes. Pero cada escena incluye a María, a José, y al niño Jesús; y la mayoría de ellas representan a estos tres importantes personajes de la misma manera. Jesús yace en una especie de  pequeño pesebre, José de pie junto a Él, y María arrodillada sobre Jesús.

Esa es la imagen que muchos tenemos de María: quietamente arrodillada sobre su hijo recién nacido, jugando el papel de la madre mansa y benigna.

La canción de María es todo menos mansa y benigna.

Una joven soltera había sido visitada por un ángel y recibió la noticia más aterradora:  Milagrosamente resultaría embarazada. Que llevaría al Mesías es una noticia asombrosa, lo que no lo es, es que probablemente se enfrentaría al desprecio y abandono de su familia y comunidad.  Cuando María dice, “Soy una sierva del Señor; deja que esto me suceda conforme a tu palabra”, dijo que sí a una tarea abrumadora.

María viajó para visitar a Zacarias y a Elizabet. Al ver a Elizabet y escuchar su saludo exuberante, “Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre. (Lucas 1:42) María le respondió con su propio arrebato de alabanza.

Alabó y se regocijó en Dios, declaró que todas las generaciones la llamarían bienaventurada y describió el carácter del Dios que la bendijo. Él es poderoso, santo y misericordioso con aquellos que le temen.  Ha demostrado Su poder dispersando a los arrogantes y orgullosos, haciendo caer a los poderosos de sus posiciones de poder, y levantando a los humildes. Ha alimentado a los hambrientos mientras que envía a los que acumulan recursos con las manos vacías. Protegió a Israel,  recordando Su promesa a Abraham y actuando fielmente con Su pueblo.

La canción de María no es una dulce canción de escuela dominical. Es una declaración poderosa del carácter de Dios, un tratado teológico lleno de referencias  del Antiguo Testamento y una impresionante proclamación de que el Ministerio de Jesús vendría.  Muchos de los temas en las palabras de María reflejan no solo la acción pasada de Dios sino la obra que Jesús describió al principio de Su ministerio (Lucas 4:18)  y que cumpliría a lo largo de Su vida.

 

El fiel “si” de María al plan de Dios en su vida también requirió de fiel “no”.  Ella dijo “si” a la aterradora tarea de dar a luz al Salvador del mundo y “no” a las fuerzas del pecado y del mal en el mundo que Él vino a vencer.  Ella dijo “si” al plan de Dios para su vida y “no” al plan que ella tenía para su vida. Ella dijo “si” al poderoso, santo y misericordioso Dios y “no” al orgullo, arrogancia, corrupción e injusticia.

La canción de María es una imagen poderosa de una vida fiel.  Ella conocía las Escrituras lo suficientemente bien como para describir su historia, conocía lo suficientemente bien a Dios como para describir Su carácter, y conocía perfectamente Su plan de redención para la creación para decir “si” a su parte en él.  Que todas podamos esforzarnos, por el poder del Espíritu Santo, para hacer lo mismo.

Kaitlyn

 

 

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