¿Alguna vez has sentido el rechazo de personas que creías que te recibirían con los brazos abiertos? ¿Alguna vez has enviado un mensaje esperando una reacción, solamente para ser recibido con desdén?
Jesús sí.
En ocasiones creo que, porque Jesús vivió una vida perfecta, nos olvidamos de que Él vivió, caminó y experimentó la angustia que este mundo ofrece. Él sabía lo que era ser rechazado por la gente que amaba y vino a salvar.
En Marcos 6, Jesús fue a Su ciudad natal, y quizás como yo, tú esperabas que lo recibieran como el héroe local. Empecé el capítulo con grandes esperanzas de ver a Jesús ser recibido por la gente que lo conocía y amaba y por Su familia. Pero rápidamente, la historia tomó un giro diferente. El pasaje dice que Jesús enseñaba y Su comunidad estaba ofendida.
Marcos 6:5-6 dice, “Y no pudo hacer allí ningún milagro; solo sanó a unos pocos enfermos sobre los cuales puso Sus manos. Estaba maravillado de la incredulidad de ellos. Y recorría las aldeas de alrededor enseñando.”
Jesús, en Su ciudad natal fue incapaz de hacer milagros debido a la incredulidad de la comunidad. Jesús, el Mesías, el Hijo de Dios, fue rechazado por la gente que lo vio crecer como niño. Él vino a enseñar, a sanar, a hacer milagros y no pudo a causa de la incredulidad de ellos.
Querida hermana, el mensaje del evangelio es tan escandaloso hoy en día como lo fue cuando Jesús físicamente caminó en esta tierra. Será rechazado. Pero si el Creador de este mundo es rechazado al compartir las Buenas Nuevas de las cuales es protagonista, nosotras también experimentaremos rechazo.
Las Escrituras nos dicen:
“Si el mundo los odia, sepan que me ha odiado a Mí antes que a ustedes.” Juan 15:18
“Fue despreciado y desechado de los hombres, varón de dolores y experimentado en aflicción; y como uno de quien los hombres esconden el rostro, fue despreciado, y no lo estimamos.” Isaías 53:3
Nuestro Dios, a quien servimos, conoce muy bien el dolor de ser odiado y despreciado. Y sabía que nosotras también experimentaríamos sufrimiento y rechazo a causa de Su nombre. En Sus palabras finales a Sus discípulos Él prometió Su presencia. “y ¡recuerden! Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20)
Cuando este mundo nos rechaza porque proclamamos la escandalosa Buena Noticia de la redención, podemos consolarnos sabiendo que nuestro Dios ha conocido y experimentado el rechazo. Él ha conocido las heridas de Su propia ciudad natal, las heridas por gente
gritando: “¡Crucifíquenlo!”. Dios ha prometido el consuelo de Su presencia, hasta el fin del mundo.
Dios, Emanuel, está con nosotros. Y esa es la Buena Noticia que proclamamos. Es la Buena Noticia que cambia vidas. Es la Buena Noticia que salva.
Y es por eso que seguimos proclamando. Continuamos enseñando y compartiendo esa historia escandalosa que tanto ofende como salva, sabiendo que cualquier rechazo que enfrentemos se desvanece en comparación con el rechazo que nuestro Jesús enfrentó. Nos consuela saber que Él está con nosotras hasta el fin del mundo.
Semana 3 – Desafío
Si todo el mal proviene de nuestro corazón (Marcos 7:21-23), ¿cómo lo combatimos? ¿Qué puedes hacer esta semana para llenar tu corazón con la Palabra y la Verdad de Dios para que lo que brote de tu corazón le agrade?
Brittany Salmon es escritora independiente, profesora adjunta de Estudios Globales y ministra de equipamiento de su iglesia local. También es defensora de la prevención y el cuidado de los huérfanos y estudiante de doctorado en el Seminario Teológico Bautista Southeastern. Pasa su tiempo libre comiendo sándwiches de pollo y explorando el estado de Texas (su nueva residencia) con su esposo, cuatro hijos y su perro, el Sr. Tom Hanks. Puedes ver lo que hace en Twitter o Instagram.
Semana 3 – Plan de Lectura
Semana 3 – Versículo a Memorizar
