Hacer de la Palabra de Dios una Prioridad

 

Hacer de la Palabra de Dios una prioridad

 

“Recita siempre el libro de la Ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito.” – Josué 1:8 (NVI)

 

Una de las muchas maneras en las que elegimos vivir apartadas es dando prioridad a la Palabra de Dios. Dios es claro en la importancia de Su Palabra. Debe ser una parte integral de nuestra vida diaria, guiando y dirigiendo nuestras decisiones, influyendo en cómo tratamos a los demás y determinando dónde dedicamos nuestros esfuerzos y tiempo.

 

El Mandamiento

 

La orden de Dios es clara. El Libro de la Ley, Su preciosa Palabra, es lo que debemos leer, meditar y memorizar diligentemente. No es una mera sugerencia sino una orden amorosa. Como un faro que guía a los barcos hasta la costa, la Palabra de Dios sirve como nuestro faro en un mundo oscurecido por la confusión y el pecado.

 

El Compromiso

 

La frase “meditar en ello día y noche” es un llamado a sumergirnos, total y apasionadamente, en la Palabra de Dios. No se trata de una lectura rápida por la mañana o de una mirada fugaz antes de acostarnos. Más bien, se trata de masticar, reflexionar y meditar profundamente en las Escrituras, permitiéndoles infiltrarse en cada aspecto de nuestras vidas, saturando nuestras mentes y corazones.

 

La Consecuencia

 

Dios, en su infinita sabiduría, vincula una promesa a este mandamiento. Él nos asegura que permanecer en Su Palabra conducirá a la prosperidad y al éxito. Recuerda, la prosperidad en la economía de Dios no es meramente financiera; es la riqueza del espíritu, la profundidad de la paz y la seguridad de caminar en Su voluntad.

 

Entonces, ¿cómo vivimos esto en la práctica? Aquí hay algunos pasos prácticos:

 

  1. Comienza tu día con la Palabra: Antes de que el mundo demande tu atención, ofrece los primeros momentos de tu día a Dios. Sumérgete en Su Palabra, dejando que ella enmarque tu forma de pensar y guíe tus acciones.

 

  1. Adopta la memorización: guarda los versículos en tu corazón. Escríbelos en notas adhesivas o fichas, dilos en voz alta y llévalos contigo. Esto asegura que Su Palabra esté siempre a un paso de distancia, incluso cuando la Biblia no esté físicamente en tus manos.

 

  1. Participa en la comunidad: reúne un grupo de amigos con ideas afines para que puedan sumergirse juntos en la Palabra de Dios utilizando nuestros estudios como guía. Este grupo fortalecerá tu caminar personal mientras discuten juntos la Palabra de Dios en comunidad.

 

Querida amiga, mientras navegamos por las alegrías y las pruebas de la vida, que seamos como Josué, inquebrantables en nuestro compromiso de priorizar la Palabra de Dios. Abracemos las promesas de Dios, apoyémonos en Su sabiduría y amemos a los demás con el amor que sólo Él puede dar.

 

Ama a Dios Grandemente,

Ángela

 

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Desafío Semana 1:

 

Mientras vivimos apartadas para Dios, necesitamos sabiduría y conocimiento. Encontramos esto en la Palabra de Dios. Esta semana, comprométete a dedicar tiempo a la Palabra de Dios todos los días. Además de tu tiempo devocional diario, comprométete a pasar tiempo memorizando las Escrituras u orando por la Palabra de Dios en otro momento del día.

 

Semana 1 – Plan de Lectura 

 

 

Semana 1 – Versículo a Memorizar 

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