Gozo Multiplicado

El gozo debe ser compartido con los demás. Me siento muy bien cuando recibo buenas noticias de mis amigos.

“Ese hombre perfecto me ha pedido matrimonio. Y el Señor nos unirá como esposo y esposa.”

“Finalmente llegó el trabajo de mis sueños, Dios abrió la puerta para que eso sucediera y pudiera usar mis talentos en un lugar maravilloso.”

“Pensábamos que seríamos estériles por siempre, pero nuestro Padre Todopoderoso ha puesto en nosotras la semilla de dos bebés en mi vientre.”

Cuando Dios se presenta, algo espectacular sucede, así que no podemos quedarnos calladas. Una oración que ha sido respondida es como el sol que atraviesa las nubes después de una temporada de oscuridad y tormenta.

Juan comenzó su epístola compartiendo buenas noticias. No podía mantener la boca cerrada porque Dios se había revelado de una manera magnífica. Su esperanza era que supiéramos la Verdad y nos uniéramos a él para celebrar:

¡Aleluya! Desde el principio, desde la eternidad, Dios tenía un plan para rescatarnos.

 Jesús se encarnó y vino a rescatarnos del pecado. Estamos experimentando la verdadera vida gracias a nuestro Salvador. ¡Si y amén!

Dios el Padre está activo en nuestras vidas. Todos aquellos que han recibido a Cristo tienen una amistad duradera con Dios que nada en este mundo puede quitarle. ¡Gracias Jesús!

Amigas, tenemos una razón para celebrar, Tenemos las Buenas Nuevas para compartir. Ya no seremos las mismas.

No podemos quedarnos calladas porque Jesús ha venido. Él ha cambiado nuestras vidas para siempre.

Al comenzar nuestro viaje a través de las epístolas de Juan, que nuestros corazones se desborden del gozo del Señor. El enemigo de nuestras almas quiere que olvidemos que nuestro Salvador ha conquistado la tumba y que un día disipará todas las tinieblas de este mundo caído, para siempre. Nuestro adversario quiere llenarnos de dudas, para que nos quedemos calladas. Así que decidámonos a testificar de la bondad de Dios en nuestras vidas con cada fibra de nuestro ser. Las Buenas Nuevas están destinadas a ser compartidas.

Juan, con sus propios oídos escuchó a Jesús hablar palabras de vida; con sus propios ojos  vio Su gloria; y con sus propias manos tocó Su cuerpo resucitado. Sabía que Jesús era el Dios verdadero. Y quería que todos experimentaran la misma alegría que había sido sembrada en lo profundo de su corazón.

Amiga, ¿Jesús ha cambiado para siempre tu destino? ¿Su Palabra ha transformado poderosamente lo que eres? ¿Has sido testigo de cómo Dios respondió a tus oraciones y te asombraste con Sus maravillas? Tienes la Palabra de vida en tus manos y alguien cerca de ti necesita escuchar.

Si Dios ha tocado tu vida de alguna manera, no te quedes callada. Anuncia a toda voz la verdad del evangelio, exprésalo con todo tu corazón: La salvación está aquí, y Su nombre es Jesús.

Nuestro gozo es multiplicado cuando abrimos nuestras bocas y compartimos sobre Cristo.

 

 

 

Semana 1- Desafio

Esta semana, lleva a la práctica la confesión de pecados tan pronto como suceden. Pídele a Dios que te revele el pecado y confiésalo a Él y a los demás inmediatamente. Toma nota de cómo esto afecta tu actitud y tus acciones en torno al pecado, y también tu comprensión y confianza en la gracia de Dios.

 

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Semana 1 – Plan de Lectura

Semana 1 – Versículo a Memorizar

 

 

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