Fortaleza en el Quebrantamiento 

 

 

“¡»Simón, Simón, mira que Satanás los ha reclamado a ustedes para zarandearlos como a trigo; pero Yo he rogado por ti para que tu fe no falle; y tú, una vez que hayas regresado, fortalece a tus hermanos».”. – Lucas 22:31-32

 

Hace unos años, mi hija estaba jugando en casa de una amiga cuando, en un accidente completamente inevitable, se cayó hacia atrás y aterrizó con fuerza sobre el brazo. Una visita rápida al médico y unas radiografías confirmaron una pequeña fractura, pero para nuestra hija, chica que ama el fútbol, significó un gran cambio en sus planes. En lugar de hacer planes para el próximo partido de fútbol, tuvimos conversaciones sobre lo que significa formar parte de un equipo y cómo podemos apoyar a nuestros amigos, incluso cuando no podemos participar. Y cuando las cosas se ponían más frustrantes, hablábamos de lo maravilloso que Dios hizo nuestros cuerpos, de que cuando algo se rompe, se cura incluso más fuerte que antes.

 

Nuestra Escritura de hoy toma lugar durante la última cena de Jesús con los discípulos. Judas ya había traicionado a Jesús, y en lugar de centrarse en el tiempo que pasaban con Jesús, los discípulos empezaron a discutir sobre cuál de ellos era el mejor. En el Reino volteado de Jesús, la grandeza se mide por el servicio, no por el poder. Al compartir esto con Sus seguidores, también les hizo un regalo asombroso: “y así como Mi Padre me ha otorgado un reino, Yo les otorgo que coman y beban a Mi mesa en Mi reino; Lucas 22:29

 

Sabiendo que sería traicionado, y aún incluso que (Simón) Pedro negaría conocerlo varias veces en los días venideros, Jesús les prometió un lugar en su mesa. ¿Pero qué parte es la que más me llama la atención? Le dijo a Pedro que se enfrentaría a pruebas y que cometería errores, pero que Jesús había orado para que Su fe no fallara. Y entonces, cuando (no si) Pedro volviera  deberia fortalecer a los demás.

 

Lo que Pedro  sentiría como algo roto, decepcionante y desafiante sería redimido y sanado por el perdón de Jesús, dandole   la oportunidad de utilizar sus experiencias para ofrecer esperanza ,  aliento y para atraer a más personas al amor salvador de Jesús.

 

Jesús es compasivo y bondadoso, ora e intercede por nosotras. Él conoce los errores que cometeremos, los giros equivocados que tomaremos, y siempre está a nuestro lado cuando encontramos el camino de vuelta. Y, tal vez, las expectativas que soltemos y la curación que experimentemos nos permitan servir al reino de Dios de una manera mayor de la que jamás hubiéramos imaginado, al permitir que Dios utilice Su obra en nuestras vidas para fortalecer a quienes nos rodean.

 

Crystal

 

Crystal

Estudio Bíblico Relacionado

Recibe nuestras actualizaciones

Recientes