En la Encrucijada

 

“Consideró como mayores riquezas el oprobio de Cristo que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa. Por la fe Moisés salió de Egipto sin temer la ira del rey, porque se mantuvo firme como viendo al Invisible.” Hebreos 11:26-27

Uno de los mayores peligros que se puede ver en nuestra cultura cristiana actual, es la continua influencia del Evangelio de la Prosperidad. La enseñanza y creencia de que si vives tu vida para el Señor, Él te bendecirá con riqueza, salud y confort. Sin embargo, cuando leemos la Biblia y examinamos las vidas de aquellos que vivieron sus vidas fielmente a nuestro Señor, vemos que eran hombres y mujeres comunes que enfrentaban persecuciones en la vida y dependían diariamente del Señor, aferrándose a Sus promesas. Se negaban a la tentación de ser otra cosa de lo que realmente eran: totalmente dependientes de Dios.

Moisés es un gran ejemplo de esto. Criado en la realeza egipcia, tenía el mundo a su alcance. Como hijo adoptivo de una princesa egipcia, Moisés podría haber tenido una vida fácil, una vida de confort, poder y riquezas. Aún así, viendo lo que el mundo le ofrecía, regresó a su verdadera herencia y dejó atrás el palacio y sus comodidades.

¿Por qué? Vemos la respuesta en Hebreos 11:26: “Consideró como mayores riquezas el oprobio de Cristo que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa.”

Viniendo de un hombre que tenía todo lo que el mundo podía ofrecer, Moisés conocía la superficialidad de los tesoros del mundo y deseaba los tesoros eternos por sobre los temporales. Entonces tomó una decisión y puso su mirada en Dios y no en el mundo. Y esa decisión hizo la diferencia en su vida.

Moisés dejó su vida de privilegios mundanos y nunca miró atrás. Anhelaba la verdadera libertad, la libertad que solo podía encontrar en Dios.

Moisés eligió fidelidad por sobre seguridad económica. A veces me pregunto de cuánta influencia habrán sido en él sus padres biológicos, antes de colocarlo por fe en el río Nilo para protegerlo, confiando en Dios.

Vemos en el versículo 27 que Moisés creció hasta convertirse en un hombre que vivía por fe, así como sus padres israelitas. Por fe, Moisés dejó Egipto atrás y avanzó hacia lo desconocido confiando en Dios.

Creo que muchas de nosotras estamos también en una encrucijada en este momento. ¿Damos nosotras un paso adelante en fe, confiando en Dios y abrazando Sus promesas, o estamos contentas de quedarnos en nuestras fincas de Egipto eligiendo los tesoros temporales por sobre los eternos?

Como Moisés, necesitamos poner nuestra mirada en el galardón eterno sin importar el costo. Este mundo no es nuestro hogar. Que nosotras no seamos como la generación de israelitas a quienes Moisés ayudó a salir de Egipto y que añoraba su viejo estilo de vida en lugar de anhelar la nueva libertad en Dios. Ellos fueron una generación de personas que continuaron dudando y confiando en Dios. Aunque vieron los sorprendentes milagros de Dios, aún así tristemente dudaban de Su poder para protegerlos al momento de entrar a la tan ansiada tierra prometida. Que nosotras aprendamos de sus errores y elijamos vivir vidas de fe. Que podamos, como Moisés, fijar nuestra mirada en lo que realmente importa y avanzar valientemente sabiendo que nuestro Dios está con nosotras a cada paso de nuestro andar. Esto no significa que no enfrentaremos gigantes en las nuevas tierras, pero no los enfrentaremos solas.

“¿No te lo he ordenado Yo? ¡Sé fuerte y valiente! No temas ni te acobardes, porque el Señor tu Dios estará contigo dondequiera que vayas.” Josué 1:9

 

¡Ama a Dios grandemente!

Angela.

 

 

Estudio Bíblico Relacionado

Recibe nuestras actualizaciones

Recientes