El regalo perfecto
¿Alguna vez has recibido un regalo que te ha parecido tan personal y algo que sólo podría darte alguien que te conociera realmente bien? Tómate un momento para pensar en un regalo que hayas recibido así. Puede ser algo tan sencillo como que un amigo te traiga tu café preferido de tu cafetería favorita. También puede ser un familiar que te regale un collar al que echaste el ojo en una tienda y no compraste para ahorrar dinero. En mi caso, ese regalo fue cuando mi mejor amiga me compró un precioso (y caro) juego de fichas acrílicas para un juego al que nos encanta jugar juntas. Me había enviado casualmente un enlace a una página web para que soñáramos a cuales fichas compraríamos si fuéramos ricas. Lo siguiente que supe fue que estaba desenvolviendo esas fichas el día de mi cumpleaños. Se me llenaron los ojos de lágrimas y se me cayó la mandíbula al suelo. No podía creer que se hubiera gastado tanto dinero en un regalo para mí. Nunca olvidaré la amabilidad, la generosidad y el amor que sentí aquel día por parte de mi mejor amiga.
El mejor dador de regalos
¿Sabes a quién más le gusta hacer regalos increíbles a los que ama? A Dios, nuestro Padre Celestial. Efesios 2:8-9 dice: «Porque por gracia sois salvos por medio de la fe. Y esto no es obra vuestra; es don de Dios, no resultado de obras, para que nadie se gloríe». En esa escritura, vemos que el regalo más grande que podríamos recibir es la salvación, o la vida eterna con Dios para siempre. Juan 3:16 es un versículo de la Biblia que mucha gente conoce y al que nunca deberíamos insensibilizarnos. Dice: «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito (para que muera en la cruz como sacrificio por nuestros pecados – mi añadido), para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna». La salvación es creer que Dios nos dio a Su hijo, Jesús, como el pago sacrificial por nuestros pecados. Entonces, confesando con nuestra boca que Jesús es el Señor y creyendo en nuestro corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, seremos salvos (Romanos 10:9).
Creer en Jesucristo y en su muerte en la cruz es todo lo que tenemos que creer para recibir el mayor regalo de todos: la salvación. Pero después de Efesios 2:8-9 viene Efesios 2:10, que dice: «Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas».
Respondiendo al regalo
Recibir el increíble regalo de la salvación es sólo el comienzo de una vida caminando con Jesús. Como hemos leído, es por gracia que hemos sido salvadas, y la gracia es recibir algo bueno que no merecemos. Dios nos dió su gracia al darnos a Jesús. Una vez que recibimos el don gratuito de la salvación, el Espíritu Santo entra en nuestros corazones, lo que nos lleva a desear hacer «buenas obras» como agradecimiento por ese don. La salvación es un don dado por Dios(Juan 10:28). Sin embargo, estamos llamados a apartarnos de nuestros viejos caminos pecaminosos y a caminar hacia adelante en nuestro nuevo yo en Cristo Jesús (Efesios 4:22-24). No siempre es un camino fácil, pero vale la pena.
Cuando mi mejor amiga me bendijo con ese regalo increíblemente generoso, no esperaba recibir nada a cambio de mí. Fue un regalo gratuito de ella para mí. Así es como Dios ve el regalo de la salvación. Es un regalo lleno de gracia y gratuito de Él para cualquiera que crea en Su hijo, Jesús.
Creer en Jesús es la decisión más grande que he tomado. Recibir el regalo gratuito de la salvación es el regalo más asombroso y generoso que jamás he recibido. Es mucho más precioso para mí que las fichas que me regaló mi amiga. Oro para que creas en Su Hijo, Jesús, y recibas el regalo gratuito de la salvación, caminando hacia la eternidad con el mayor dador de regalos para siempre.
Haley Crabtree