El Maestro Alfarero

Como Dios manda

 

Cuando mis hijos eran pequeños, les encantaba jugar con plastilina y cuentas mágicas (perlitas). ¡Me encantaba ver las cosas que creaban! Platos llenos de pasta, el arco iris, superhéroes,sin embargo a veces no les gustaban sus propias creaciones. Se quedaban atascados, se frustraban, molestaban y hasta se enojaban! …pero siempre era como una brisa fresca cuando yo les animaba a utilizar los mismos materiales y volver a empezar.

 

En la antigüedad, la alfarería era mucho más común que la plastilina. La gente utilizaba grandes vasijas de cerámica para cocinar o almacenar alimentos, así como pequeños cuencos y tazas para comer y beber. En el libro de Jeremías Dios le habla al profeta a través de una metáfora, le pide que baje a la casa del alfarero, porque quiere que Jeremías le entregue un mensaje muy importante. «Entonces descendí a la casa del alfarero, y allí estaba él, haciendo un trabajo sobre la rueda. Y la vasija de barro que estaba haciendo se echó a perder en la mano del alfarero; así que volvió a hacer de ella otra vasija, según le pareció mejor al alfarero hacerla.» (Jeremías 18:3-4). Primero, Jeremías vio el proceso y luego Dios habló: «¿Acaso no puedo Yo hacer con ustedes, casa de Israel, lo mismo que hace este alfarero?». (Jeremías 18:6).

 

La respuesta a esta pregunta retórica es ¡Sí! Dios puede hacer con Israel lo que quiera. La naturaleza soberana de Dios, y Su autoridad suprema sobre la creación, sigue en pie. Aunque nosotros, como seres humanos, debatimos sobre este aspecto del carácter de Dios, podemos descansar sabiendo que Él es un Dios bueno, aunque no entendamos sus caminos.

 

Dios nos ofrece un camino de regreso a Él

 

Dios es también misericordioso y clemente, lento para la ira y grande en misericordia (Salmo 103:8). Incluso cuando Dios habla a Jeremías de derribar a Israel y empezar de nuevo desde cero, les dice a través del profeta: «Corrige tu manera de vivir y haz lo que es justo» (Jeremías 18:11). Pero Dios también conocía sus corazones malvados y cómo responderían :«¡No nos importa lo que digas! ¡Haremos lo que nos dé la gana! ¡Seguiremos comportándonos malvada y obstinadamente»! (Jeremías 18:12).

 

Una cosa que es cierta en este pasaje es que si nos arrepentimos, Dios nos redime. Él QUIERE que nos volvamos de nuestros malos caminos y que lo sigamos, que vivamos rectamente como Él nos ha instruido en Su palabra. Pero nuestro pecado tiene consecuencias. Los israelitas no se arrepintieron de sus malos caminos, y Dios los envió al cautiverio babilónico durante 70 años. A cada paso del camino, Dios estaba trabajando para restaurar a Su pueblo. Durante ese tiempo  de ser gobernados por otra nación, Ciro el Grande de Persia, permitió a los israelitas regresar a Jerusalén y reconstruir el templo donde podrían adorar a Dios nuevamente. Dios siempre provee un camino de regreso a Él.

 

Cuando la vida es dura y te sientas abrumada, mi oración es que recuerdes que Dios es el Maestro que hace nuevas todas las cosas. Él te ama más de lo que puedas imaginar, y quiere que lo busques con todo tu corazón y sigas Sus caminos. Nuestra obediencia le importa a Dios. Cuando fracasamos, podemos descansar en la verdad de que sus misericordias son nuevas cada mañana. Jesús pagó el precio más alto para reconciliarnos con el Padre. 

¿Vas a elegir caminar con Él hoy?

 

Krista Taylor

 

———————————————-

Semana 1 – Desafío: 

Esta semana, haz un plan de cómo puedes servir a la gente que te rodea. Puede ser participando en tu iglesia, en un ministerio o caridad local, llevando una comida a un amigo o vecino, comenzando un estudio bíblico ADG con un grupo de compañeros de trabajo, etc.

 

 

Semana 1-  Plan de Lectura: 

 

Semana 1- Versículo a  Memorizar: 

 

Estudio Bíblico Relacionado

Recibe nuestras actualizaciones

Recientes