Dios no ha terminado contigo

 

“Estoy convencido precisamente de esto: que el que comenzó en ustedes la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús”.Filipenses 1:6

 

Siempre he escuchado una frase cuyo autor desconozco que dice: “La mejor forma de demostrar el amor hacia otros es orando por ellos”. Evidentemente Cuando Pablo escribió la carta a los hermanos en Filipos, manifestó en su primer capítulo no solo la gratitud al Señor por ellos, sino el amor entrañable que les expresaba, pues tenía un motivo especial que encontramos en Filipenses 1:5 “por su participación en el evangelio desde el primer día hasta ahora”. Desde ese momento en el que fueron llamados y sellados por el Espíritu Santo inició su colaboración al Apóstol en la extensión del evangelio.

 

En el texto del devocional de hoy observamos que el apóstol estaba seguro del proceso que Dios había iniciado en estos hermanos, ¿Porque razón? Primero porque Pablo era parte de la Iglesia del primer siglo, Lucas narra los sucesos ocurridos en la ciudad en su segundo viaje misionero, relatado en Hechos 16: 11-32. A través de una mujer llamada Lidia y su familia se dio comienzo sobrenatural a la Iglesia en Filipos.

 

Además, es una buena obra la que Dios ha iniciado no solo en los filipenses sino también en todos los creyentes, que por gracia hemos sido salvos y transformados de nuestra pasada manera de vivir, Su bondad se ha manifestado y produce en nosotros cambios, el ejemplo no lo muestran estos fieles hermanos quienes cooperaron activamente en el ministerio apostólico de Pablo.

 

La segunda Parte del verso que estudiamos habla del propósito de la obra, continúa diciendo: “la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús”, leer esta frase me llena de esperanza, porque me recuerda que Dios no ha terminado conmigo, que diariamente está trabajando en mí vida. Es maravilloso comprender que Su Fidelidad no se agota, que EL Señor no hace algo y lo abandona, que me está preparando para que pueda apreciar a Jesucristo y estar lista para ese día, cuando venga a reinar y alcanzaremos la perfección total que nos ha prometido.

 

Por lo tanto, debemos dar testimonio como iglesia, cada uno de nosotros tenemos la responsabilidad de valorar y desear Su Palabra que cambia, da sentido y propósito a la vida. Cuando ella penetra en cada área la purifica, por eso es necesario leerla continua y sinceramente, porque llega a nuestro corazón y nos lleva a amarlo más que a este mundo.

 

Por último, vivamos vidas entregadas a su servicio, escojamos lo mejor y llevemos frutos de justicia por medio de Jesucristo.

 

Padre Amado, gracias por llevarme a entender que estoy en proceso y que diariamente me vas moldeando a tú imagen, concédeme siempre que la Biblia sea el centro de mi vida, llévame a reconocer su valor incalculable y permíteme evidenciar un servicio abnegado para Su Gloria. En el nombre de Cristo Jesús, amén.

 

Creciendo en su Palabra,

Erica Cárdenas

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