LECTURA: Deuteronomio 31:1-8.
DEVOCIONAL: Deuteronomio 31:6
“Sean firmes y valientes, no teman ni se aterroricen ante ellos, porque el Señor tu Dios es el que va contigo; no te dejará ni te desamparará”
Moisés estuvo guiando al pueblo de Israel durante 40 años a través del desierto, enfrentando grandes peligros, luchando y soportando duras penalidades rumbo a la tierra prometida.
Al llegar a la entrada de esta tierra y en las llanuras de Moab, frente al río Jordán, reúne a todos los israelitas y pronuncia un discurso en el que les comunica que no podrá pasar el río con ellos y tomar posesión del nuevo territorio, porque Dios así lo había dispuesto.
A pesar que Moisés no iba a entrar con el pueblo a la tierra prometida, Israel no se quedaría solo, ya Dios había preparado a alguien con antelación. Sería Josué el encargado de continuar con el mandato de Dios.
El Señor había prometido que estaría con Josué, no lo iba a dejar ni desamparar, y él debía vivir y dirigir todas sus acciones según la Ley…
“Solamente sé fuerte y valiente. Cuídate de cumplir toda la ley de Moisés” (Jos.1:7)
No debía apartarse, sino hablar y meditar, de día y de noche, sobre los preceptos contenidos en ella. Esto lo ayudaría a guíar al pueblo a la tierra que Dios les había prometido.
La tierra prometida nos habla de un lugar en el que se deja de deambular para poder finalmente descansar en el Señor, siendo firmes y valientes.
Es así como los hebreos, a pesar de las pruebas, contaban con la promesa del Señor, de ir delante de ellos ayudándolos en todo, y es como nosotros podemos confiar en Él ahora, pero debemos permanecer fieles y obedientes a Sus mandatos.
Dios nos ha salvado y nos ha colocado en una comunidad, nos ha unido a un cuerpo. Él no quiere que vivamos aislados, sino que caminemos junto a otros hacia la patria celestial.
Nos toca como Iglesia, como comunidad bíblica, esforzarnos en estudiar la Palabra del Señor para poder vivirla y compartirla con otros.
Oremos pidiendo que el Señor nos fortalezca, ayude y guíe a ser parte de Su plan divino. En el nombre de Jesús, amén
Dios las bendiga,
Carmen Salleres Benavente
Perú
