Dios Conoce Cada Corazón

 

 

Nosotros a la verdad, justamente, porque recibimos lo que merecemos por nuestros hechos; pero este nada malo ha hecho». Y añadió: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en Tu reino». Entonces Jesús le dijo: «En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso».

 


A lo largo de la lectura de hoy vemos a Jesús cumpliendo Su misión entre los hombres, algunos de ellos convencidos de Su mensaje, pero a la vez había quienes eran contrarios a la Verdad. Sin embargo, esto fue parte de lo que el Señor había anunciado y fue cumplido el propósito de Su vida y crucifixión.

 

Jesús fue acusado siendo inocente, Herodes y Pilato lo admitieron. También lo observamos en el texto devocional que leemos hoy, más no así quienes fueron llevados con Él al calvario, donde se hizo efectivo el milagro de la redención.

 

Una vez en la cruz, el Señor tuvo ante Sí la dualidad exhibida en el mundo luego de la caída: el bien y el mal,  la luz y la oscuridad, el trigo y la cizaña, reflejado en los dos ladrones junto a Él. Uno con arrogancia se negaba a creer en la deidad de Cristo y se burlaba, mientras el otro con valor y humildad lo defendía y anhelaba Su favor. 

 

Ambos ladrones admitían su culpa, pero solo uno de ellos mostraba arrepentimiento y su necesidad de salvación, y no se quedó sin respuesta, la gracia redentora acudió al clamor de su fe, llevándolo hasta el Paraíso por la eternidad.

 

Dios conoce cada corazón, en todo tiempo y lugar sin excepción, ha mirado y cuidado de los Suyos en medio de cualquier circunstancia, siendo propicio al corazón contrito y humillado que acude a Él. Hoy podemos confiar en que sigue siendo así, el Señor conoce a los Suyos, no sólo como quien reconoce un rostro, sino como quien sabe todo de ellos, de manera experiencial, relacional y con cercanía. 

 

Aún en medio del dolor y de la muerte, hubo palabras de certera esperanza para el ladrón arrepentido. Así, es posible que haya dolor, por nuestra culpa y maldad, cuando somos confrontadas por la Palabra, pero el bálsamo del perdón trae paz y la misma esperanza que nos lleva a servir y obedecer a Dios por amor.

 

Si lees este pasaje por primera vez no puedes ser indiferente al Evangelio, debe haber una reacción al mensaje de la cruz, para vida o para condenación. Si este anuncio te dirige a Dios, acude en arrepentimiento, confesando verazmente tus pecados, entendiendo tu necesidad de Él, alejándote del pecado de manera definitiva, obedeciendo y testificando cada día que Él es el único Señor y Salvador.

 

No importa el momento o las circunstancias por las que estés pasando, este mensaje es vigente y eficaz, como lo son todas las promesas contenidas en la Biblia. Es así que uno será llevado y el otro será dejado” (Mt.24:40-44), por lo que debemos velar, anhelando Su regreso, no para impresionarlo con un gran curriculum cristiano, sino con fe y en obediencia. 

 

Padre eterno, gracias por Tu gracia redentora, porque es fiel y propicia en todo tiempo a los que acuden a Ti con fe. Ayúdanos a reconocerte como lo hizo aquel pecador en la cruz, y haz que nuestras bocas sean abiertas para anunciar Tu verdad, y que más personas sean alcanzadas por Tu poder salvador. En el nombre de Jesús, amén.

 

Una mujer, una comunidad, una nación.

Ama a Dios Grandemente

 

Ama a Dios Grandemente

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