Cristo cumple la ley

por Crystal Stine

 

Nuestra lectura de hoy proviene de Mateo 5, que se conoce como el Sermón del Monte. Jesús está entrando a Su ministerio público y está preparando Sus discípulos para todas las formas en que deben ser apartados de los escribas, fariseos y gentiles. Jesús se enfoca en el carácter del discípulo en los versículos 1-12 (las Bienaventuranzas), la influencia de los discípulos en los versículos 13-16 (sal y luz) y la honradez de los discípulos en los versículos 17-48 (correcta relación con Dios y conducta recta).

Jesús se apresura a señalar que Él no ha venido a anular la Ley, sino a cumplirla. De hecho, en el versículo 17 es reiterativo para que no queden dudas:

No piensen que he venido para poner fin a la ley o a los profetas; no he venido para poner fin, sino para cumplir.” – Mateo 5:17

¿Alguna vez has leído un libro (especialmente de no ficción) y has notado que el escritor pareciera repetir sus puntos claves muchas veces en muchos de sus capítulos? La repetición es un recurso literario que ayuda a los lectores a saber cuándo prestar atención porque está a punto de decirse algo significativo. Es como una flecha parpadeante literaria que dice: “¡Oye! ¡Esto es importante! ¡Prepara el resaltador!”

Tal vez te hayas encontrado a ti misma con una canción de adoración particularmente pegadiza en la cabeza y te preguntes por qué la letra es tan fácil de recordar. La repetición en las letras de las canciones ayuda incluso a los oyentes no musicales a familiarizarse y crea una oportunidad para que la canción se imprima fácilmente en nuestras mentes.

En mi experiencia en mercadeo y comunicación, soy muy consciente de que la repetición es clave cuando se trata de crear conciencia. Es necesario escuchar o ver el mismo mensaje siete veces antes de que podamos recordarlo (y en nuestro ajetreado y ruidoso mundo, ese número puede ser mayor). Si estás tratando de correr la voz sobre algo que tienes y que tu audiencia necesita (un libro, tu negocio, tu nuevo curso, el club de lectura que estás comenzando) planea hablar de ello hasta que te canses de escucharlo, y luego observa cómo tu audiencia POR FIN comienza a prestar atención.

Jesús no quería ningún malentendido en este punto: no estaba allí para abolir la ley, sino para cumplirla. El Comentario del Nuevo Testamento de Layman señala que, “la palabra traducida como ‘cumplir’ puede significar lograr, completar, terminar, traer a un fin, validar, confirmar, establecer, mantener o resaltar la intención previa.” Jesús, en Su enseñanza, explicó aún más el significado de la ley al tratar con Sus discípulos los asuntos más profundos, los problemas de raíz con los que se suponía que debía tratar la Ley, pero que los fariseos y otros líderes religiosos estaban pasando por alto.

Jesús es el pacto-ejecutor, no un rompe-promesas. Él es el único que alguna vez tuvo la intención de cumplir, completar, terminar, validar, confirmar, establecer y mantener las promesas que Dios hizo. Continuamos leyendo en el capítulo 5 que Jesús no solo le dijo a Su audiencia (dos veces) que Él no estaba allí para abolir la Ley, sino que el cielo y la tierra tendrán que pasar antes de que Él elimine aún el más mínimo signo de puntuación de la Ley.

Jesús no solo vino a cumplir la Ley, sino a hacerlo exactamente de la manera que Dios lo planeó desde el principio. Tú y yo podemos descansar sabiendo que Dios es el perfecto cumplidor de promesas.

Crystal

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