Creada con Propósito

¿Alguna vez sentiste que alguien tuvo una impresión acerca de quién eres que tal vez haya sido exacta en parte, pero que no captaba la profundidad de quién realmente eres? Quizás alguien te ve atlética, o artística, o inteligente. A veces es lindo ser reconocida por algo que suena atractivo, divertido, y excitante, como ser reconocida por tener un TIK TOK que se hizo viral o por haber logrado algo grande que unos pocos han logrado. 

Pero ser reconocida por algo no es lo mismo que ser conocida. Puedes reconocer a alguien a cierta distancia, pero no puedes conocerlo realmente hasta que hayas pasado tiempo con esa persona. Ser reconocida es algo fugaz. Pero ser conocida, realmente conocida, es algo poderoso y duradero.

Cuando Dios te creó, Él no lo hizo a la distancia como si fueras una pequeña partícula en un mar de humanidad. No eres una cara en la multitud para Él.  Cuando Él te creó, según dice la Biblia, “te conocía minuciosamente” (Salmos 139:14). Y te amó moldeando y formando las partes más profundas de tu ser, tu corazón, tu mente, tu hermoso rostro. Dios te creó a Su semejanza, a Su imagen, y esto te da un valor mayor del que imaginas. No se trata del reconocimiento que el mundo puede ofrecer, sino que se trata de una identidad real, de ser conocida por Aquel que te creó. La identidad en Jesús nos otorga más valor que cualquier cosa que este mundo pueda ofrecer. 

A lo largo de nuestra vida, enfrentaremos situaciones y relaciones en las que será difícil sentir que realmente nos conocen. La verdad es que nuestra condición, posición, reconocimiento, o el número de seguidores en las redes sociales, son cosas que pueden ofrecer afirmación, identidad o pertenencia temporal. Pero con el tiempo esto se desvanecerá y el mundo girará en torno a la próxima cosa, persona o sensación viral. Si hemos puesto nuestro valor en lo que otros dicen o ven de nosotras, nos encontraremos luchando para recuperar ese valor cuando el reconocimiento se haya ido.

No existe persona o posición o logro o conteo de seguidores en la tierra que pueda satisfacer, en lo más profundo de nuestro ser, el “ser conocidas”. Hay personas en todo el mundo que buscan y tienen hambre de ser verdaderamente conocidas, de probarse a sí mismas, de obtener la aprobación de los demás, ¡y el mayor regalo que tenemos nosotras es que ya somos conocidas, encontradas, comprendidas, validadas y aprobadas en Jesús! Una vez que nos damos cuenta de esto, ¡sucede lo más sorprendente! En realidad, ni siquiera importará quién nos reconozca, o conozca, o valore, o de verdad nos entienda, porque Dios es SUFICIENTE (¡más que suficiente!)

A medida que permitimos que nuestra identidad se arraigue en Jesús, Él siempre recordará a nuestro corazón que es estimado y valorado. Él nos conoce mejor de lo que nos conocemos a nosotras mismas, y ama aquello para lo que te creó. Es una poderosa revelación saber que Dios nos conoce y que le importamos profundamente.

Le pertenecemos a Dios. Él se preocupa por nosotras. Él ve cuando lloramos. Él tiene compasión de nosotras cuando nuestro corazón está roto. Él se alegra de nuestras victorias. Él quiere hablar a nuestras vidas y revelarnos cosas que nos sorprenderán, acerca de nosotras mismas, acerca de quién es Él, y acerca de Su Palabra.

Busca ser totalmente conocida por Dios, busca crecer en la relación con Él, busca estar en Su amor, busca conocer Su propósito para tu vida. Todo lo que somos y todo lo que necesitamos se encuentra solo en Jesucristo. Él tiene días maravillosos planeados para tu vida. Él ya estuvo en tu futuro y ya escribió una hermosa historia para vos. Él te creó con gran intención y cuidado, y tiene un plan asombroso y maravilloso para tu vida. No te preocupes por aquello que otros ven, o aún lo que no ven, Dios te ve. Él te conoce. Y Él te ama. 

Andrea 

 

Semana 4 – Plan de Lectura

 

Semana 4 – Versículo a Memorizar

 

Estudio Bíblico Relacionado

Recibe nuestras actualizaciones

Recientes