Consumado es…

 

Querida hermana,

 

Tu redención está aquí. El precio más alto por tu vida ha sido pagado. Ya no tienes que vivir esclava de tus pecados, tus adicciones o tus tentaciones, sino más bien abrazar Su redención. Corre, alégrate y sé libre para vivir tu vida ahora en agradecimiento a la libertad que se encuentra en la redención de Jesús.

 

Mi oración para ti y para mí es que el peso de nuestras cadenas de arrepentimiento, la vergüenza y el dolor ya no nos agobien.

 

Mi oración ha sido que semana tras semana, vieras a través de las Escrituras cómo Dios redimió de los errores del pasado y de la angustia, la vida entera de Noemí, Moisés, Sara, Pablo y la Mujer Adúltera.

 

Lo que Dios hizo en sus vidas, Él está dispuesto a hacerlo en la tuya, también.

 

Eres redimida, eres libre.

 

Alza la cabeza, querida hermana; eres una mujer liberada.

 

Nuestro Salvador, nuestro Redentor, dejó Su posición en el cielo para venir y estar cerca. Él vino a tomar forma de siervo y servir como Él lo hizo, todo el camino hacia el Gólgota.

 

Dios en la carne, se dio a Sí mismo por ti… por mí, mostrando Su gran amor por nosotras.

 

¿Cómo podemos cuestionar nuestro valor? El Dios del universo. Aquel que hizo los planetas y los puso en órbita. Aquel que habló al mundo y la existencia llegó a nosotras. Él que vivió una vida sin pecado y eligió morir en nuestro lugar… en mi lugar.

 

Consumado es, querida amiga.

 

El trabajo ha sido hecho. El precio ha sido pagado. Ya no tienes que ir a otra persona o sacrificar algo para obtener la aprobación de Dios. Ahora tienes acceso directo a Dios por medio de Jesús.

 

 

La deuda ha sido pagada en su totalidad.

 

Realmente está consumado.

 

Tú no puedes ser lo suficientemente perfecta para ganar esta salvación. Tú no puedes ser lo suficientemente buena, lo suficientemente agradable, lo suficiente bonita o lo suficientemente inteligente. Sólo Jesús podía pagar este precio tan alto, y Él lo hizo.

 

 

Entonces, ¿cuál debe ser nuestra respuesta a esta increíble redención? Vivir en gratitud. Acepta lo que Jesús hizo por nosotras, estar agradecida por ello y permitir que Su redención nos cambie desde adentro hacia afuera.

 

Deja que Su redención cubra el dolor de la traición de tus amigos y familia. Deja que Su redención  sane las heridas del pasado que se sienten tan frescas como ayer. Deja que Su redención cubra los errores y quite los remordimientos. Su redención es suficiente.

 

Jesús dijo en la cruz hace más de dos milenios “Consumado es…” Y esta verdad aún sigue en pie.

 

Ten una vida, respira, camina da testimonio del increíble trabajo de la obra redentora de Dios en tu vida. Ayuda a otros a ver que a través de Cristo, es que finalmente pueden encontrar la redención y la libertad que han estado buscando.

 

¿Cómo puedes dar gracias a Jesús por tomar tu lugar en la cruz? Viviendo una vida marcada por Su redención y cubierta de gratitud.

 

 

Hablemos: ¿Cómo la redención de Jesús ha cambiado tu vida?

 

¡Ama a Dios grandemente!

 

Ángela

 

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