¡Consumado Es!




“Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de su padre David; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y Su reino no tendrá fin” Lucas 1:32-33


Cuando leemos en la Biblia las profecías acerca del nacimiento de Jesús podemos apreciar cómo se cumplió este hecho, y el plan grandioso e incomparable que tuvo Dios para salvación del hombre. Esto es de gran significado para todas nosotras.


El ángel se le acercó a María para anunciarle el nacimiento tan especial que iba a acontecer, y que ella participaría en tan grandioso hecho. Le explica que el niño se llamaría Jesús, que significa “salvación” o “Dios salva”. 

 

Podemos apreciar no solo el propósito de Su nacimiento, sino cómo Jesús es identificado como el Hijo del Altísimo, mostrando Su divinidad, y también vemos el cumplimiento de la promesa en cuanto Su realeza. 

 

“El Señor Dios le dará el trono de David y su reino no tendrá fin”.


Ya el profeta Isaías había anunciado que el Salvador vendría del “Tronco de Isaí”, el padre de David. Vemos cómo Jesús, el Mesías, vendría en un momento específico de la historia para cumplir todo lo que Dios había prometido.


Lo hermoso de esta promesa cumplida es que el mismo Señor Jesucristo da un mensaje a Su Iglesia para dar “testimonio” que en Él se han cumplido estas profecías

 

“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en la iglesia. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana” Apoc. 22:16. 


La promesa de que “Su reino no tendrá fin” significa que el gobierno de Jesucristo es eterno, está vigente y está basado en la justicia, el amor y la verdad. Y que nos llama a que esperemos Su venida atentas, como la esposa espera al esposo.


Hemos visto como el Padre fue honrado por la obediencia del Hijo; por lo tanto, fue glorificado el Padre y el Hijo.


La salvación del hombre está garantizada, el precio total fue pagado para nuestra redención con el sacrificio de nuestro Salvador en la cruz. Todo el plan fue consumado y cumplido en un solo hombre: Jesucristo.


Él es nuestro Mesías, nuestro Redentor, nuestra esperanza y nuestra fe. Él cumple Sus promesas.


El mundo no lo reconoce como Rey, pero él es Rey, es Hijo del Dios Altísimo. ÊL es el que nos gobierna con justicia y gran misericordia. 


En un mundo lleno de problemas, dificultades y sufrimientos, el reino de Dios es una fuente de esperanza y consuelo para aquellos que lo buscan con sinceridad.


Saber que Jesucristo es el Rey de reyes y Señor de señores, nos da la seguridad de que Dios gobierna soberanamente sobre todo, y que Su plan seguirá adelante hasta el final. Por ello, debemos poner nuestra confianza en Jesús y seguir sus mandatos y disfrutemos de Sus bendiciones aquí en la tierra y en la eternidad.

Gracias Señor, por la plenitud de Tu plan. Gracias por enviar a Cristo como lo habías  prometido, y por ello te adoraremos y honraremos hasta el fin de nuestras vidas Amèn.

Carmen Salleres Benavente   

Perú 

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