Considerad a Cristo

Porque Jesús ha sido considerado digno de más gloria que Moisés, así como el constructor de la casa tiene más honra que la casa.  Porque toda casa es hecha por alguno, pero el que hace todas las cosas es Dios. – Hebreos 3:3-4

 

Me llamó mucho la atención en la lectura del día hoy  el primer versículo, que dice: “Por tanto, hermanos y hermanas santos, partícipes en un llamamiento celestial, considerad a Jesús, el apóstol y sumo sacerdote de nuestra fe”. El autor de Hebreos llamó a los destinatarios de esta carta “santos”. ¿Por qué no llamarlos simplemente hermanos y hermanas, por qué llamarlos santos?

Santo significa ser “apartado”. En otras palabras, el mensaje que el autor estaba tratando de recordarles era que no eran solo personas que vivían la vida de la manera que querían sin tener ni idea de quiénes eran. El autor quería recordarles quiénes eran: santos, apartados por y para Dios.

Me recuerda cuánto ama Dios que seamos apartados. Pero, ¿para qué estamos separados? El versículo 1 nos dice que somos participantes  en el llamado celestial de difundir a Jesús dondequiera que vayamos, de hablarle a la gente sobre Jesús y prepararlos para el cielo. El versículo continúa diciendo “consideren a Jesús, el apóstol y sumo sacerdote de nuestra fe”. ¡Esto es increíble!

Somos apartadas por Dios para contarles a otros acerca de Jesús y el trabajo que hizo en la cruz, somos apartadas para considerar a Jesús más alto que las redes sociales, la televisión o el entretenimiento momentáneo que no nos beneficia para la eternidad. Estamos apartadas para considerar a Jesús. Al considerarle, podemos vivir nuestras vidas como Él quiere que vivamos y, por lo tanto, seremos verdaderamente apartadas. Si confesamos a Jesús, entonces siempre debemos tener presente de cómo vivió aquí en la tierra, de Sus palabras, de pasar tiempo en oración, debemos leer Su Palabra y de servir a Su reino. Tenemos que considerarle como los participantes en el llamado celestial de caminar como Él lo hizo.

 

¿A QUIÉN ESTÁS CONSIDERANDO?

 

El versículo 2 nos habla de las maneras en las que consideramos a Cristo

Él fue fiel a Dios, quien lo designó para venir a la tierra, vivir y morir por nuestros pecados. Caminó, vivió, se sacrificó como Su padre quería que lo hiciera, amó y todavía ama, se preocupó y todavía lo hace. Fue a la cruz como una oveja llevada al matadero, no discutió ni resistió, en cambio oró por ellos, en silencio pagó el precio. Él fue fiel.

Y me pregunto: “Ebos, ¿eres fiel a la obra y a la vida que Dios ha puesto en tus manos? ¿eres fiel a los planes y propósitos de Dios para tu vida o pones excusas y huyes? ¿Eres fiel a Dios?” Hoy, amadas, permíteme preguntarte, ¿eres fiel?

Las escrituras están llenas de hombres y mujeres que fueron fieles a Dios hasta el punto de la muerte. Esta pandemia que estamos experimentando en 2020 está siendo devastadora en todas partes y veo este período como un colador a través del cual Dios está probando nuestros corazones y mostrándonos quiénes somos.

Amados, puesto que confesamos a Cristo, somos santas, apartadas por y para Dios. Cristo es el que debe ser nuestro ejemplo y modelo a seguir, al que consideramos todo el tiempo y al que imitamos. Su palabra debería ser nuestro estándar, deberíamos serle fieles. Dios que nos ha creado a todas y cada una de nosotras para Su gloria. Él merece mucho más honor y más opinión en nuestras vidas que cualquier otra persona, que cualquier sistema, que cualquier gobierno o institución.

Padre, estamos asombrados de cuánto nos amas y nos has llamado a ser apartadas para tu gloria. Por favor, perdónanos en cada infidelidad. Limpia nuestros corazones, vuelve nuestra mirada hacia Jesús, enséñanos fidelidad, recuérdanos a Ti mismo y al hecho de que nos creaste para Tu gloria y placer. Jesús te amamos. En el nombre de Jesús oramos, Amén.

 

Ebos

 

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