Confiando dentro del pozo

 

El “pozo” es un camino por el que cada hija de Dios pasa, ya sea por nuestros propios errores o como un camino por el que Dios nos lleva para refinar nuestro carácter y fijar nuestros ojos de todo corazón en Él. Una hija de Dios es probada y tentada dentro del “pozo”, y es un lugar donde realmente nos vemos a nosotras mismas por lo que somos. También es un tiempo para ver si cuando nos enfrentamos a las temporadas difíciles de la vida todavía seremos obedientes en guardar la Palabra de Dios. 

 

No es un lugar agradable pero es un lugar necesario por el que cada hija de Dios pasa. Nuestro padre de fe, Abraham, pasó por muchos “pozos”. Moisés, el hombre más manso, pasó 40 años en el desierto. José fue vendido por sus hermanos y difamado en Egipto, y Ester y su pueblo estaban programados para la aniquilación. La lista continua y continua. 

 

El “pozo” es un camino, una estación, que las hijas de Dios deben atravesar para aprender a guardar y obedecer la Palabra de Dios en todas las estaciones. Es un lugar oscuro y seco que nos enseña a depender de Dios como nuestra Luz y Vida.

 

Así que, si estás pasando por una temporada de tu propio “pozo”, ¡anímate hermana! No estás sola, y la temporada no durará para siempre. En el «pozo», ¿cuál debe ser nuestra disposición? ¿Cómo debemos comportarnos? 

 

Debemos confiar en Dios de todo corazón. ¡Sí! Para sobrevivir en el pozo, tus ojos deben estar puestos sólo en Dios. Cuando Abraham apartó sus ojos de Dios, cometió errores que priorizaron su comodidad, seguridad y reputación. Cuando José le pidió al siervo del Faraón que se acordara de él, fue olvidado hasta que Dios le dio al Faraón un sueño dos años después. En el “pozo”, debemos confiar en Dios y sólo en Dios. 

 

Como Jonás, en el “pozo” de la vida, nuestra única respuesta debe ser clamar al Señor y sólo a Él. Confía en Él lo suficiente como para que sea tu única fuente de consuelo y ayuda. Él no es un Padre ausente o un amigo que se reirá de tu desgracia o te reprenderá por tomar las decisiones equivocadas. 

 

No, Él responde a las plegarias de Sus hijos. Él está cerca de los que sufren. 

 

La vida está llena de temporadas de “pozos”. La única solución y ayuda es arrojarse a los pies de nuestro Padre, pedir ayuda, clamar por la salvación y confiar en que Él te escucha y vendrá en tu ayuda. Estás en buenas manos. 

 

Dios te ama.

Ebos.

 

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