Confía en el Señor.
…con todo tu corazón, en todos tus caminos…
Hubo un momento del año pasado en donde nuestra familia pasó por el horno de fuego. Vivimos a un costado de la guerra en Ucrania, y mi esposo había estado muy involucrado en todos los esfuerzos humanitarios. A la luz de esta realidad, preguntas cómo “¿puedo visitar el refugio en Rivne? o ¿puedo hallar a un pastor en Lviv?” aparecieron. Estas ciudades están situadas al Este de Ucrania, cerca de la frontera con Polonia, lejos de las líneas de ataque de la guerra.
Con todo, una cosa era cierta: toda Ucrania estaba bajo ataque. Mi fe fue probada. ¿Confiaría en mi propio entendimiento sobre lo que creía que era mantener a mi esposo a salvo? ¿Lo desanimaría o persuadiría de no ir a dejar toda esa ayuda humanitaria sólo porque yo tenía miedo? o, ¿confiaría en que Dios tiene determinado el número de sus días, y que solo Él lo podía mantener a salvo?
Poco después que mi esposo se tomó un descanso del transporte de víveres, sufrió un infarto. Esto fue una total sorpresa para la familia, ya que él es relativamente joven y sano.
Esta fue otra prueba para mi fe. ¿Viviría con el temor de que otro infarto lo pudiese matar y dejarme sola con cinco niños? ¿Estaría angustiada por el futuro? Y a últimas, ¿estaba realmente confiando en el Señor con todo mi corazón?
Es natural querer proteger a nuestros seres queridos. Y creo que es un rol dado por Dios el que vivamos con sabiduría. No deberíamos colocarnos en situaciones peligrosas innecesariamente. Sin embargo, hay ocasiones en la vida donde la sabiduría humana no es suficiente, donde hay mucho más en juego y sólo la sabiduría de Dios basta. Este fue nuestro caso durante la guerra en Ucrania, y en mi corazón, tras el infarto de mi esposo.
Al final, decidimos que él fuera al este de Ucrania, siempre y cuando no hubiese algún peligro o ataque inminentes; que los recorridos fueran cortos, de no más de tres horas de camino desde la frontera con Polonia. Desde lo más profundo de mi corazón, tuve que recordarme que solo Dios es dador de vida y que conoce el número de nuestros días. Podía confiarle la vida de mi esposo y no vivir con el temor de esperar cuándo moriría.
Era posible que mi esposo muriera por el impacto de algún misil o por otro infarto. Pero la verdad es que también podía morir atropellado o por cualquier otra causa posible. Dios es soberano y digno de mi confianza. Tras conocerlo por años, supe que podía confiar en Él. Su carácter, sus promesas, sus planes para mi futuro, TODO es confiable.
En los días en que iba y venía del hospital, solía escuchar con atención en el auto las letras de la canción Nuestro Soberano de Michael W.Smith una y otra vez.
Cualquier batalla que tú enfrentes, sea un conflicto con un compañero del trabajo, un amigo, o un ser querido, o que te turnes para cuidar de alguien, Él está contigo. Ora. Pide al Señor sabiduría para tomar decisiones y afirma tu mente para confiar en Él con todo tu corazón, no confiando en tu propio entendimiento. Dios estuvo con Daniel y sus amigos en el horno. Dios estará contigo en medio de cualquier fuego que estés atravesando.
Krista