“Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.” –
Efesios 6:10-11
Amigas, a medida que comenzamos este estudio sobre la Armadura de Dios, pidamos primeramente a Dios que abra nuestros ojos a las batallas espirituales que se libran a nuestro alrededor, no para asustarnos sino para hacernos conscientes. Es cierto que no debemos vivir con miedo, pero también es cierto que no debemos ser ingenuos respecto a lo que sucede a nuestro alrededor y que no podemos ver. Es tiempo de estar vigilantes, ser sabias y estar arraigadas en la Palabra de Dios; alertas de las batallas invisibles que impactan diariamente nuestras vidas y las vidas de los que amamos.
Nuestras Batallas son Espirituales
Cuando el conflicto, el desánimo y las pruebas aparecen, sé que es fácil ver a las personas causantes del conflicto como nuestros enemigos. Pero la verdad es que no lo son. Debemos recordar que son sólo una manifestación visible de la batalla espiritual invisible. En Efesios 6:12, leemos que nuestra lucha “no es contra carne ni sangre, sino contra principados y potestades malvadas en las regiones celestes”. La manera de pelear efectivamente estas batallas es aprendiendo a usar las armas espirituales, dado que ES UNA batalla espiritual. Efesios 6:10-11 nos dice que debemos obtener fuerzas de Dios, no de nosotras mismas. Nuestras fuerzas y entendimiento no son suficientes para enfrentar estas batallas. Pero no dejes que esto te intimide. Dios te ha dado todo lo necesario para hacer frente y pelear tus batallas. ¡Sólo necesitas equiparte! Y recuerda, nuestra fuerza viene del Espíritu Santo trabajando en y a través de nosotros. No necesitamos demostrar nuestra fuerza ni nuestra sabiduría. En vez de eso, nos empoderamos en el Espíritu Santo, que nos guía en cada paso del camino.
Querida amiga, no olvides que sirves a un Dios que ya ha ganado la batalla. Él nos llama a no acobardarse, sino a estar firmes en este conocimiento. Saber que Dios peleará nuestras batallas nos reconforta, pero también nos invita a tomar la armadura espiritual que Él, en su gracia, nos ha dado.
Lo que Vistes Importa
El Apóstol Pablo no nos deja con la incógnita y nos instruye a “vestirnos con toda la armadura de Dios”. Esto es un acto intencional. Cada día, debemos elegir ponernos esta armadura, preparándonos para esas batallas que no podemos ver. Es como vestirse cada mañana; no podemos salir con el pijama puesta, y de ese modo, tampoco podemos enfrentar el día sin la armadura de Dios puesta.
Comencemos por ser intencionales cada mañana y “vistámonos para el éxito”. Coloquémonos el grandioso poder de Dios, ajustemos Su armadura diariamente, y parémonos firmes ante los ataques de Satanás. Caminemos confiadamente, sabiendo que nuestra fuerza viene del Señor, y que Él es nuestra victoria. Recuerda, no estamos solas en las batallas y estamos equipadas con todo lo necesario a través de Cristo.
– Angela
Desafío Semana 1:
Esta semana, toma algunas tarjetas para notas u hojas de papel y escribe el nombre de un ser amado en la parte superior. Debajo de cada nombre, escribe las palabras: física, mental, espiritual, emocional. Enfócate en orar por la protección en cada una de estas áreas de tus seres queridos, siendo lo más específica posible.
Plan de Lectura Semana 1
Semana 1 – Versículo a Memorizar