Caminar con Dios

 

Fui maestra de arte en la escuela bíblica de vacaciones este año. Mientras hacía los devocionales de oración con los chicos discutíamos cómo es tener una fuerte relación con alguien  que nos importa. Conversábamos acerca de cuán difícil es conocer realmente a alguien sin pasar tiempo con ellos. La investidura no necesariamente tiene que ser en persona y cara a cara, pero sí requiere tiempo y atención intencional. Existe una gran diferencia entre conocer acerca de alguien y personalmente conocerlo.

 

Es humillante para mí cuando recuerdo acerca de las personas que leemos en la Biblia que no tenían la Biblia entera como nosotras la tenemos hoy,  y aun así ellos creían. No solo creían si no que caminaban con Dios.  Caminar con Dios no se parecía como los treinta minutos en Starbuck con una Biblia y un latte.  Creo que todo lo complicamos (o tal vez es más como que lo hemos sobre estilizado) lo que es pasar tiempo con  el Señor,  seré la primera en admitir que soy culpable. En algún lugar a lo largo del camino he creado en mi mente  lo que “el perfecto”  tiempo tranquilo debería ser, y casi me deja derrotada mi tiempo no es de esa manera.

 

En Génesis 5:25 aprendemos que Enoc caminó con Dios.

 

Al igual que hay estaciones en la vida,  nuestras vidas tienen ritmos. No podemos esperar que  nuestros tiempos de  tranquilidad sean iguales a lo largo de los años.  Al atravesar una  larga temporada  de pérdida, dolor, y sufrimiento, me he dado cuenta de que caminar con Dios es justamente eso: es un paseo. No es una carrera. Caminar con Dios toma tiempo. Tiempo en oración y tiempo en adoración.  Que privilegio es conocer y ser conocida por el Creador del universo.

 

Dios está en todas partes.

 

Él está con nosotras en nuestros días buenos y en nuestros días malos.  Dios no se aparta cuando la vida se pone difícil. Cuando otros se alejan,  Él entra. Es el tiempo en Su Palabra donde aprenderemos y escucharemos Su voz.  Es crucial para nosotras descifrar la voz de Dios para que podamos familiarizarnos con Él mientras buscamos Su presencia en un mundo ruidoso y distraído.

 

Enoc caminó con Dios, y nosotras también podemos hacerlo.

 

La fe de Enoc era una fe sencilla.  Siguió eligiendo la voluntad de Dios sobre una cultura que estaba persiguiendo los placeres mundanos.

 

Enoc no empezó su vida  en relación con el Señor, pero cuando tomó la decisión de hacerlo, estaba completamente inmerso.  Fue apartado, fue bendecido. El caminar de Enoc con el Señor Agradó al Señor.

 

Como creyentes, sé que cada una de nosotras desea complacer al Señor. Deseamos escuchar, “Bien hecho, mi buena sierva fiel” al final de nuestras vidas en la tierra. ¿Sabías que, mientras adoramos, estamos complaciendo al señor?

 

Me encanta la adoración, me encanta escuchar canciones de adoración y dirigir a otros en adoración, La adoración enciende mi alma. No sólo mi vida, mi espíritu y mi perspectiva cambian. Cuando estoy adorando, pero aún mejor que eso es lo mucho que nuestra adoración agrada al Señor.  La adoración no siempre tiene que ser música y cantar.  Es la manera como administramos lo que se nos ha dado, que también es una forma de adoración. Una vida de sumisión.

 

Un día,  Jesús regresará en el rapto de la iglesia.  Y seremos arrebatadas, tal como lo fue Enoc. Enoc vivió un vida de sumisión, y esto complació a Dios. Mientras caminamos con Dios y vivimos nuestras vidas en  devoción y adoración de todo corazón, también podemos esperar agradar a Dios y ser arrebatadas. Enoc nos mostró que hacer: Caminar con Dios, servir a Dios, complacer a Dios.

 

Incluso cuando el mundo nos seduce en diferentes formas. Podemos dedicarnos a discernir la voz de Dios y en complacerlo solamente a Él.

 

 

Kelli

                                                                                                            

Semana 3 Desafío

Elias vivió una vida que honró a Dios e invirtió en la siguiente generación. Esta semana ¿cómo puedes intencionalmente invertir en alguien más joven que tú? Es importante crecer en tu fe y también alentar a la siguiente generación a conocer y amar a nuestro Señor. Esta semana, tomate algún tiempo  para anotar  algunos nombres de  quienes puedes alcanzar y orar por oportunidades para hacerlo.

 

Semana 3 – Plan de Lectura

 

 

Semana 3  – Versículo a Memorizar

 

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