Me pregunto qué sentía Ester al contemplar el amanecer en ese tercer día.
“Al tercer día, Ester se vistió con sus vestiduras reales y se puso de pie en el patio interior del palacio…” (Ester 5:1).
Ese fue el día en que Ester se convertiría en una heroína o iba a morir. Si yo estuviera en el lugar de Ester, estoy casi segura de que me habría sentido tentada a volver a la cama, taparme con las sábanas y orar desesperadamente para que Dios encontrara a otra mujer y para que salvara a su pueblo de otra manera. Le preguntaría:
¿Por qué yo?
¿Por qué aquí?
¿Por qué ahora?
Estas son preguntas que solemos hacerle a Dios cuando Él nos llama a ser valientes en situaciones difíciles. Si bien somos valientes en la preparación, cuando llega el momento de dar el siguiente paso, podemos fácilmente retroceder por miedo. Pensamos: “¿No hay una manera más fácil, Padre? Seguramente hay alguien más capacitado… más disponible… más… no sé… preparado para manejar este tipo de situaciones”.
Pero Esther se ahorró la duda y el drama y en su lugar respondió con:
“Entonces yo iré”.
De la preparación al servicio. Del escondite debajo de la cobija a lugares difíciles. Yo también quiero dejar de esconderme debajo de mi cobija, donde me siento muy cómoda y segura, ¿tú no? No quiero mirar atrás y darme cuenta de que, al esconderme, al evitar y al desear que las cosas difíciles desaparecieran, perdí oportunidades clave para ser usado por Dios. En algún momento, tenemos que levantarnos, presentarnos y, con mucha sabiduría y confianza en Aquel que sostiene el mundo en sus manos, enfrentar esas difíciles situaciones a las que nos ha llamado.
¿Cómo podemos afrontar con confianza los momentos difíciles a los que Dios nos ha llamado y convertirnos en mujeres que Él pueda usar? Aprendamos juntas de Ester 5.
- Una mujer que Dios puede usar en las situaciones difíciles está dispuesta a dar ese valiente primer paso.
Una cosa es decir que harás cosas difíciles, pero otra muy distinta es dar el primer paso y arriesgarlo todo en el “atrio interior”. Al comenzar el capítulo 5, vemos a Ester entrar para acercarse al rey. Una mujer que Dios puede usar hace más que sólo hablar. Tras una preparación adecuada, convierte sus ideas en acciones, cumple sus compromisos y no deja que el miedo le impida dar ese primer valiente paso. Sabe que la batalla es del Señor (Proverbios 21:31).
- Una mujer que Dios puede usar en los momentos difíciles sabe cuándo hablar y cuándo permanecer en silencio.
La Biblia está repleta de versículos que hablan sobre la lengua y su poder. Tiene el potencial de usarse para bien, pero también existe un gran peligro en hablar mucho (Proverbios 10:19). Me parece hermoso, refrescante y convincente que, al entrar Ester en el patio interior del palacio real en el capítulo 5, se gane el favor del rey sin siquiera decir una palabra. Una mujer que Dios puede usar sabe cuándo hablar y cuándo callar porque sabe que solo Dios tiene el poder de conmover el corazón de los reyes (Proverbios 21:1).
- Una mujer que Dios puede usar en los lugares difíciles se gana el respeto, en lugar de exigirlo.
En el capítulo 5, vemos un marcado contraste entre la forma en que Ester comparece ante el rey y la manera en que Amán maneja la irreverencia de Mardoqueo hacia él. Ester es humilde, deliberada y sabia en su enfoque, y Amán responde con orgullo, ira y venganza. Una mujer que Dios puede usar se gana el respeto en lugar de exigirlo porque encuentra su identidad y valor en Cristo y no en las cosas de este mundo (Colosenses 3:3).
- Una mujer que Dios puede usar en los momentos difíciles sabe que el propósito de Dios para su vida no se trata sólo de ella.
El favor que reina sobre la vida de Ester hasta este punto es realmente extraordinario. Esta joven ha pasado de huérfana a reina. En el capítulo 5, Asuero está dispuesto a ofrecerle la mitad de su reino. Pero Ester no se conforma con la comodidad, ni se deja influenciar fácilmente por la fama y las riquezas. Ester recuerda la tarea a la que ha sido llamada y las vidas que están en juego. Una mujer que Dios puede usar sabe que el propósito de Dios para su vida no se limita sólo a ella, porque recuerda un mundo que necesita un Salvador (1 Corintios 15:57).
¿Te animas a ser parte de su plan esta semana?
A Sus pies,
Whitney
Semana 4 – Desafío
Tómate unos minutos esta semana para mirar atrás en tu vida y recordar un momento en el que Dios se presentó claramente ante ti, preparando el camino en una situación difícil. Luego, escribe una oración de agradecimiento a Dios, reconociendo Su poder, presencia y provisión en tu vida.
Semana 4 – Plan de Lectura
Semana 4 – Versículo a Memorizar