Cuando era más joven, mi hermana y yo tuvimos un trabajo: sólo estar paradas en un hueco de una cerca. Fácil. Mientras tanto, el resto de la familia corría por todo el campo tratando de atrapar a un enfadado toro en una jaula para inyectarle. El toro había recibido una inyección el día anterior, así que sabía lo que estaba pasando. A mi hermana y a mí nos dijeron que si el toro venía hacia nosotras, se detendría si no nos movíamos. En medio de todo el alboroto, el toro arremetió contra nosotras. A medida que se acercaba, ambas brincamos a un lado y dejamos que el toro pasara la cerca.
En la lectura de ayer meditamos sobre lo real y poderoso que es nuestro enemigo. Estamos llamadas a mantenernos firmes frente a sus ataques. Hay tres referencias de estar firmes, palabras repetidas que normalmente están allí para enfatizar algo. Dios quiere que seamos cristianas firmes.
Pero, ¿cómo lograrlo? Esto puede ser muy abrumador.
Una de las cosas que nuestro amoroso Padre celestial nos brinda en Su armadura para protegernos, defendernos y ayudarnos. Necesitamos vestirla y usarla. La primera pieza es el cinto de la verdad.
John Stott escribió una vez que, para el soldado romano, el cinto era “usualmente elaborado de cuero, y que más bien era parte de su ropa interior, no tanto de la armadura; aunque era esencial. Sujetaba su túnica y su espada. Le daba seguridad al marchar. Al colocarlo, le daba cierto sentido de fuerza oculta y seguridad.”
Esta es una maravillosa y vívida descripción. Nos ayuda a darnos cuenta de lo que Pablo estaba diciendo al describirnos cómo el cinto de la verdad debería estar ceñido. Es esencial para abarcarlo todo y de ese modo caminemos sin contratiempos hacia nuestra misión; mientras nos infunde fuerza y confianza cuando necesitamos estar firmes.
Esta pieza de la armadura es descrita como el cinto de la verdad. ¿Qué es la verdad? ¿Dónde podemos encontrarla? Sabemos que podemos hallarle en la Biblia, que nos enseña a conocer a Dios, quien es completamente puro. Un poco antes en Efesios, Pablo declara que “la verdad está en Jesús” (Efesios 4:12) al revelarnos a Dios. En Juan 14:6, Jesús dice: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”.
En contraste, Jesús dijo respecto de Satanás, “Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.” (Juan 8:44)
El maligno es vencido con la verdad. La luz vence a las tinieblas.
Cuando somos probadas con tiempos complicados, estamos tentadas a cuestionar si Dios realmente está por nosotras. ¿Es bueno, es poderoso, le importa, lo vale?
Sabemos las respuestas a estas preguntas, pero en los días difíciles es fácil olvidarlas. Toma tiempo para ser honesta con tus sentimientos y tráelos a Dios. Luego, toma tiempo para recordar la verdad sobre quién es Dios y todo lo que ha hecho, Su fidelidad que nunca falló en el pasado. Recuerda que puedes confiar en Él, y que durante el tiempo complicado, Él te puede fortalecer.
Isaías 11:5 nos brinda una descripción del Mesías:”Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura.” Podemos seguir el ejemplo de Cristo en ser sinceras, honestas, justas, mujeres de integridad que se conocen a sí mismas y conocen a Dios.
Es difícil ser honesta con nuestros fallos y errores. Toma humildad, fuerza y ser vulnerable. Pero la verdad es que somos pecadoras salvadas con la increíble gracia y amor de Dios. No es mi bondad la que me salva, sino la bondad de Dios, su amor, misericordia y gracia. Ser honestas significa que otros pueden conocer la verdad acerca de cómo Dios salva y restaura.
El enemigo busca destruir, desgarrar, dividir, traer discordias y aislamiento. él usará las mentiras necesarias para hacer todo esto posible. Pero el Señor busca edificar, animar, traer justicia, amor y paz, unir a las personas entre ellas y con Él, -¡esa es la verdad!
El cinto de la verdad de la armadura de Dios nos ayuda a “andar como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad)” (Efesios 5:8-9)
Julie