La amistad. Es universalmente deseada, pero puede ser sorprendentemente difícil.
No estoy hablando de la cantidad de amigas que tienes en las redes sociales.
Ni siquiera de tu grupo social que podría terminar en un equipo deportivo o en una cena juntas.
Me refiero a esa amiga o esa pocas amigas con las que compartes una lealtad mutua similar a la que describe la Biblia entre David y Jonatán.
“… el alma de Jonatán quedó ligada al alma de David, y Jonatán lo amó como a sí mismo.” 1 Samuel 18:1
Las Escrituras describen el afecto, la lealtad y el sacrificio entre estos dos hombres. Por el bien de su amigo, Jonatán conspiró y reprendió a su padre, el rey Saul. El vínculo entre Jonatán y David era más fuerte que la sangre.
¿Qué diferencia esta clase de amigas de las demás?
Ellas te conocen.
No superficialmente, sino que ellas conocen tus sueños, tus fallas y tus debilidades. Esta clase de amigas se quedan y te quieren de todas las maneras.
Ellas aparecen.
A veces, se presentan en persona. Otras veces aparecen a través de llamadas telefónicas o por mensajes de texto. Independientemente de la separación creada por el tiempo, la distancia y las pandemias globales, están listas para ayudar cuando las necesites.
Ellas oran por ti.
Interceden por ti y le piden a Dios por tu protección, tu salud, y tu éxito.
Ellas hablan la verdad en tu vida
Cuando pienso en mis amigas más cercanas, me siento completamente emocionada por la bondad de Dios al plantarlas en mi vida. Su misericordia y gracia son continuamente evidentes en la forma que me aprecian y me animan. Mi fe es más fuerte debido a su influencia en mi vida.
Igualmente, me dedico a ellas. Criaría a sus hijos sin dudarlo. Sus cargas pesan mucho sobre mi y sus éxitos son verdaderamente celebrados.
Esto no quiere decir que una amistad sea perfecta. Somos pecadoras y no somos inmunes a hacer cosas egoístas, insensibles, mezquinas y envidiosas. Satanás también reconoce lo preciosa que es la amistad y trata de crear estrés, lo que pone a prueba nuestras relaciones.
La diferencia en estas relaciones cercanas es que reconoces que vale la pena luchar para cuidarlas y para salvarlas. Vale la pena el trabajo duro, las disculpas, la reconstrucción, y el sacrificio.
Déjame decirte esto también: sé que algunas personas que leen esto se sienten solas. Quizás no tengas una verdadera amiga en estos tiempos. Yo también me he sentido sola en una habitación llena de gente. Queremos que sepas que la comunidad Ama a Dios Grandemente es un lugar acogedor y seguro donde puedes construir relaciones verdaderas y auténticas. Eres bienvenida aquí.
Oro para que cada una de nosotras seamos y tengamos amigas leales e intencionales.
Sara
