Amando con Todo lo que Tenemos

 

 

Amar Bien

 

Debemos de ser conocidas por nuestro amor (Juan 13:35). Cuando vertimos nuestro amor en las personas que nos rodean, en realidad estamos demostrándoles un poquito de cómo es Dios. El amor no es solo un sentimiento que hace feliz a nuestro corazón; es un acto de obediencia.

 

En 1 de Juan 4:8, leemos que Dios es amor.  Una de las maneras que podemos reflejar a Dios en nuestras vidas es en la manera como amamos a los que nos rodean.  Cuando amamos a alguien se nota. Amar intencionalmente a alguien significa que todo lo que tenemos se lo dedicamos a esa persona, ya sea nuestro tiempo, nuestra atención, nuestro dinero. Invertimos nuestras vidas en lo que amamos.

 

Vivir una vida de amor también puede ser costoso para nosotras.  Dios lo sabe, pero Él amorosamente nos alienta a seguir Su ejemplo, Sin equivocación alguna, amar aquellos en nuestras vidas no siempre es fácil. De hecho, muchas veces es bastante difícil.  Amar a las personas bien requiere de mucho de nosotras, en ocasiones más de lo que pensamos que podemos dar.  Pero Él sutilmente nos impulsa a intentarlo, a seguir Sus pasos, y a poner primero a las demás personas, incluso cuando es difícil.

 

En Mateo 22:37:38, leemos que nosotras tenemos que primero amar a Dios con todos nuestros corazones, almas, y mentes.  Otros versículos similares en la Biblia incluyen nuestra fuerza. Básicamente, estamos para amar a Dios con cada parte de nosotras: corazón, alma, mente y fuerza.  Lo hermoso de este mandamiento es que cuando estamos dispuesta a amar a Dios de esta manera, nos permite amar a otros como a nosotras mismas.  Vemos sus necesidades como nuestras, nos empieza a doler cuando ellos sufren, y nos regocijamos cuando ellos se regocijan. Queremos lo mejor para sus vidas tanto como lo anhelamos para la nuestra. Empezamos a ver que si ellos ganan nosotras también.

 

 

El amor de Dios en nuestras familias

 

Y una parte de “Amar a tu prójimo como a ti mismo” incluye a tu familia. No fue hasta que me convertí en mamá que realmente empecé a entender cuánto Dios me ama. Me quedaría corta al decir que adoro a mis tres hijas. Hay tiempos cuando me siento en el comedor con una de ellas o vamos hacer alguna diligencia, y solo las observare y me deleitare en quienes son ellas.  No porque ellas se hayan ganado mi amor, sino porque simplemente son mías, son mis hijas.  Dios es de la misma manera. En Salmos 17:8 NBLA Guárdame como a la niña de Tus ojos. Dios se deleita en nosotras también.

 

Sin embargo, cuando comparo mi amor por mis hijas, con el amor perfecto de Dios para ellas, sé que estoy lejos de ser perfecta, y me asombro, de que Su amor es tierno y paciente, y Él nunca se rinde con nosotras. Él está siempre listo con sus brazos abiertos como el Padre del Hijo Pródigo, para darnos la bienvenida de regreso a casa sin importar cuán lejos hayamos ido.

 

Y en Su amor por nosotras, Él está dispuesto a acercarse con misericordia, bondad, humildad, gentileza, y paciencia.  Él resiste con nosotras, y nos perdona, una y otra vez. ¿Por qué? Porque nos ama, y esto es un rebosamiento de Su amor.

 

Cuando vivimos un legado de amor, podemos hacer lo mismo.  No perfectamente, pero día a día, podemos llegar a vernos más y más como nuestro Padre, mientras reflejamos Su amor para nuestros hijos y para aquellos que nos rodean.

 

Como mamás, cuando escogemos vivir una vida de amor, amando a Dios con todos nuestros corazones, almas, mentes y fuerza, y amar a los demás como a nosotras mismas, demostramos como se ve el amor de Dios en una manera tangible a un mundo expectante, hogar por hogar, familia por familia.

 

Ama a Dios Grandemente

 

Angela

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Hemos llegado al final de este estudio y queremos extender la invitación a nuestro proximo estudio que comienza el 5 de agosto.

 

“Acércate” – Acercaos a Dios y Él se acercará a vosotros.”

 

 

A lo largo de este estudio, examinaremos el Salmo 19, aprendiendo acerca de las cualidades de la Palabra de Dios. Estaremos leyendo pasajes adicionales que nos ayudarán a entender cómo Dios usa Su Palabra en nuestras vidas y cómo Su Palabra nos transforma. Tomando el Salmo 19 como ancla, estaremos obteniendo nuevas herramientas sobre el valor y la importancia del estudio de la Palabra de Dios.

 

Durante las próximas seis semanas de este estudio, la meta es precisamente esa: que nos acerquemos a Dios. Y no solo eso, sino que descubramos las herramientas y los métodos a lo largo del camino que nos ayuden a acercarnos más a Dios.

 

Te esperamos

Equipo Ama a Dios Grandemente

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