Ama a Dios

 

¿Qué es lo que más esperas de tus hijos?

 

¿Su obediencia? ¿Su lealtad? ¿La dedicación? Probablemente quieras todas esas cosas. Sin embargo, todo esto es el resultado del amor. El verdadero amor conduce a la obediencia incondicional, a la lealtad incondicional y a la fidelidad eterna.

 

Si esto es lo que nosotros queremos de nuestros hijos, ¿cuánto más quiere nuestro Padre celestial esta clase de amor de parte nuestra? Nada es más importante que amar al Señor, nuestro Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Nada es más importante que nuestra relación con Dios.

 

Los fariseos le preguntaron a Jesús cuál era la ley más importante. Él cita el Deuteronomio 6, conocido como el shema, un pasaje que muchos se sabían de memoria. “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”.

 

¿Notaste que este primer y más grande mandamiento no menciona nada sobre nuestras prácticas religiosas o nuestro comportamiento? Estamos llamados a amar a Dios con todo lo que somos y con todo lo que tenemos.

 

Entonces, ¿cómo cumplimos esto que llamamos amor?

 

Amemos con todo nuestro corazón. Esto lo hacemos poniendo nuestros corazones en sintonía con los mandamientos de Dios para nosotros. En el diario vivir, debemos esforzarnos por conocer y seguir fielmente Su Palabra.

 

Amemos con toda nuestra alma. Esto lo hacemos derramando honestamente nuestros sentimientos a Dios, ya sean buenos o malos, felices o tristes. También lo logramos al sentir tristeza por las cosas que entristecen a Dios, y regocijándonos por las cosas que alegran a Dios.

 

Amemos con toda nuestra mente. Podemos hacer esto permitiendo que la Palabra de Dios y quien es El sean el centro de nuestros pensamientos. Permitimos que cada pensamiento sea filtrado a través de la perspectiva de Dios.

 

Debemos amar a Dios en cada momento de nuestra vida, recordando que el amor es una elección y un compromiso, un llamamiento importante que podemos hacer con la ayuda del Espíritu Santo. 

 

Demostramos nuestro amor a Dios, o nuestra falta de amor a Dios, en las elecciones y decisiones que tomamos cada día. No siempre lo haremos perfectamente, pero debemos ser fieles para amar a Dios y amar a los demás con los días que se nos han dado.

 

Dios nos da el ejemplo perfecto del verdadero amor al enviar a su Hijo Jesús a morir por nosotros cuando aún éramos pecadores (Rom 5:8). Porque Dios nos amó primero, somos libres para amarle con puro compromiso y con cada elección que hagamos.

 

Mientras crecemos en nuestro amor por Dios, veremos cómo el Espíritu Santo cambia gradualmente nuestros deseos, prioridades y nuestro enfoque para alinearlos con Dios.

 

¿Es el mandamiento más grande nuestro principal objetivo: amar al Dios vivo de la Biblia? Únete a nosotros en oración para que nuestro amor a Dios se convierta en la motivación de todas nuestras decisiones y en la fuente de transformación para vivir como Jesús.

 

Paz y gracia a vosotros,

Terria

 

———————————————-

Semana 2 Desafío: 

Ser apartada significa que la forma en que amamos a los demás debe verse diferente de la forma en que el mundo ama. ¿Cómo puedes ofrecer amor, cuidado, compasión o perdón a alguien en tu vida esta semana? Si no te viene nadie a la mente, pídele a Dios que ponga a alguien en tu corazón y te revele cómo puedes mostrarle Su amor esta semana

 

Semana 2  Plan de Lectura: 

 

Semana 2  Versículo a Memorizar 

 

Estudio Bíblico Relacionado

Recibe nuestras actualizaciones

Recientes